Ir
 en contra de algo generalmente termina alimentando ese algo que no
 queremos y haciéndolo más fuerte.
Esto tardamos
 un poco en comprenderlo, de hecho, personalmente no lo comprendí
 hasta que lo viví. La realidad es que no se consigue sabiduría a
 través de los conocimientos, sino a través de la experiencia.
Si no se
 adquiere a través de la experiencia, no se quedará de forma
 permanente contigo.
Hay una
 tendencia popular a creer que luchar en contra de algo acabará por
 aniquilarlo. Cuando quieres eliminar algo que no es favorable para
 ti, lo que normalmente se hace es buscar las fórmulas para que ese
 algo desaparezca, y para eso tenemos que poner toda nuestra
 atención, nuestra intención en esa labor. Y lo que sucede haciendo
 esto, nuestra mente se llena de pensamientos relacionados con ese
 algo, nuestras emociones se alinean con nuestros pensamientos de
 «ese algo», y nuestro cuerpo físico se posiciona también. Vamos
 que realizamos un posicionamiento global de todo lo que somos, para
 alinearnos con nuestro propósito: “ALGO”.
Y
 aquí, fíjate que he hecho una pequeña omisión. No he dicho que
 nuestro propósito sea eliminar ese ALGO, sino que simplemente
 es ALGO. Pues tarde o temprano estaremos tan involucradas en esa
 guerra interna, que ya no nos resultará muy fácil salir de ahí.
En
 el terreno del desarrollo personal y espiritual, no es así.
Te pongo un
 ejemplo. La confianza y el miedo viven dentro ti, pero además,
 compiten por los mismos recursos dentro de tu hábitat interior. Es
 como si tuvieses una maceta con dos plantas, el miedo y la
 confianza. ¿Cuál crees que sobrevivirá?
Seguro
 que esto te recuerda al cuento del lobo blanco y el lobo negro que
 viven en el interior de las personas. Sobrevive al que alimentes.
 Pues sí, tal cual. 
Pero,
 ¿te has parado a averiguar de qué se alimenta cada uno? porque no
 comen lo mismo.
Retomo la
 metáfora de las plantas. La planta del miedo ¿qué crees que
 come?, ¿comerá alegría, fe, ilusión, creatividad? Y la planta de
 la confianza ¿comerá resentimiento, victimismo, excusas, comerá
 «no puedos»?. A veces nos resulta relativamente fácil encontrar
 qué necesitamos transformar, lo que ya no es tan sencillo es saber
 cómo hacerlo.
En este caso,
 el secreto está, en el tipo de alimento que le des a tus plantas,
 pues los recursos de la maceta son limitados y ambas compiten por
 ellos.
Si
 te conectas a diario a fuentes de energía nocivas para tu planta de
 la confianza, como son el rencor, las excusas, los «no puedo»,
 etc. tu planta se va a ir debilitando. En cambio, si te conectas a
 fuentes de energía que sí suponen un alimento para ella, como la
 creatividad, la confianza, la ilusión, el autocuidado diario, la
 persistencia, la constancia, etc. tu planta se irá fortaleciendo
 día tras día.
¿Ves la
 diferencia entre enfocarse en matar algo que no queremos o en hacer
 crecer algo que si queremos?
El tiempo que
 tenemos al día también es limitado, sólo 24 horas, y a qué las
 dediques depende de ti. 
Las
 emociones que sentimos son necesarias, todos las tenemos y no las
 podemos controlar. Salen cuando salen, pero sí podemos, y debemos,
 gestionarlas.
Una
 emoción tiene una función. Dependiendo de la emoción será una u
 otra la función que desempeñe. Cuando esa emoción nos ha
 transmitido su mensaje (La emoción viene para que pasemos a la
 acción siempre), hay que dejarla ir, pero muchas veces no lo
 hacemos y nos quedamos agarrados a ella. ¿Cómo nos quedamos así?
 de nuevo a través del alimento que le damos.
La emoción
 genera todo un protocolo en nosotros, los pensamientos se alinean, y
 empezamos a recordar el pasado o imaginar el futuro, nuestro cuerpo
 también acaba centrándose en armonía a todo esto… 
Pero es
 pasajero si la emoción no es sostenida a través del alimento. Si
 me empeño en seguir dándole más recuerdos, más imaginaciones
 futuras, más diálogo interno alineado con la emoción, más
 presencia le estoy dando a dicha emoción. Si sigo así por mucho
 tiempo, la emoción se queda instalada en mí en piloto automático,
 es decir, gestionando mis acciones de forma inconsciente para mí. Y
 como consecuencia derivamos en menor calidad de vida.
Incluso las
 emociones agradables es necesario gestionarlas y soltarlas. Ninguna
 emoción entra para quedarse, sólo para que accionemos.
PREGUNTAS
 PARA EMPEZAR A PLANTEARTE HOY:
• ¿Qué
 dos plantas compiten por el mismo hábitat y los mismos recursos
 dentro de mí?
• ¿Qué
 tipo de alimento estoy proporcionando?, ¿A qué planta está
 nutriendo ese alimento?
• ¿A
 qué fuente de energía me conecto a diario?, ¿A qué planta riego
 con esa energía?
Al
 tomar consciencia de tus respuestas, crearás el espacio que
 necesitas para transformar progresivamente, el alimento que te
 proporcionas interiormente.
Dedica un
 tiempo al día para ti, esto es como si fueses al supermercado de
 valores, creencias y nutrientes espirituales… algo que deberíamos
 hacer a diario para cuidar nuestra nutrición espiritual y
 emocional.

No hay comentarios:
Publicar un comentario