NO HACER NADA A VECES... ES LO MEJOR QUE PODEMOS HACER
La vida tiene un ritmo natural, e intentar detenerlo o desviarlo a veces es inútil. En este proceso, se pierde mucha energía, entusiasmo y dedicación que bien podría ponerse en otras cosas.
A veces no hacer nada es lo mejor que puedes hacer. En tiempos frenéticos donde los procesos se aceleran o ralentizan al límite, el no esfuerzo es lo más conducente.
LA PRÁCTICA DE LA NO INTERVENCIÓN en el curso de las cosas es un desafío para aquellos seres inquietos. La cultura, las ciudades y el diseño de las experiencias conforman un entramado social que empuja hacia el movimiento.
Entonces, es posible que se fuerce la llegada de cierto estado de caos, confusión, desorden de cualquier tipo, y a tomar decisiones forzadas.
¿Qué pasaría si aplicamos el principio de no intervención, y dejamos que las cosas se calmen?