NO ES TIEMPO PERDIDO…
No es tiempo perdido si buscas tu silencio. Si paras para notar, si decides sentir a pesar de que duela. No es tiempo perdido si conviertes tus muros en ventanas y abres tu mente. Si estás dispuesto a cuestionarte muchas de esas cosas que parecían dogmas, que parecían pilares y paredes maestras en tu vida. Si paras para soltar lo que te pesa en el equipaje y renunciar a lo que te ata, a lo que te comprime y desdibuja, a lo que te somete y restringe. Tampoco es tiempo perdido si eres tú quién se desdibuja, tanto si es por error en una tarde de lluvia como si es a conciencia para volver a dibujarte.
No es tiempo perdido si amas cada segundo de ese tiempo. Si cada milímetro en tus pasos te lleva a amar el camino, aunque a tramos arañe y moleste, aunque a tramos parezca oscuro y vacío, aunque llueva y el viento se lleve algunas cosas que amas y te aleje algunas de las que más deseas.
No es tiempo perdido si respiras. Si sabes que quieres seguir adelante. Si te acuerdas de quién eres y no estás dispuesto a renunciar a ello por algo que brilla, que deslumbra, que parece poder comprar vidas y voluntades.
No es tiempo perdido si recuerdas para qué caminas aunque a veces no sepas a dónde vas, aunque a medio camino decidas cambiar de destino porque la brújula que llevabas ya no te sirve o has cambiado de idea. O sencillamente, te quieres permitir el privilegio de intentar algo diferente, por si acaso…
No es tiempo perdido si hay besos y risas. Si te escuchas por dentro y encuentras ese silencio que te calma, que te habita y te recuerda que no tienes que poder con todo, pero que eres poderoso. Si te sientes frágil y vulnerable e incluso así te amas más y te cuidas y te cuentas historias hermosas y adoras tus desatinos.
No es tiempo perdido si besas tus errores y les das la vuelta, si dejas de sentir esa soledad inmensa cuando estás contigo… Si caminas a tu lado y no te das la espalda. Si te concedes un momento para mirar a otros a los ojos y ver qué hay más allá de sus máscaras, si permites que vean tus miedos y y vulnerabilidades.
No es tiempo perdido si lloras. Si no te avergüenzas más de ti ni de tu cuerpo y aunque lo hagas, te das cuenta que deseas dejarlo porque mereces amor y respeto. Si te miras y ves más allá del paso de tiempo, más allá de la forma, más allá de la cáscara.
No, no es tiempo perdido el que usas para descubrir quién eres y qué buscas, el tiempo en el que caes y te levantas, el tiempo en el que vuelves a empezar y respiras hondo. El tiempo en el que dejas de mirar a ambos lados para pedir permiso y decides dar un paso adelante a ver qué pasa.
No es tiempo perdido el tiempo sintiendo, aunque sea el miedo más atroz y la tristeza más profunda. No lo es si lo sientes porque mereces escucharte, sentirte, notarte, descubrirte, dejar de negarte y empezar a permitirte…
No es tiempo perdido esperar a otro si lo haces sin esperar nada. No es tiempo perdido esperarte a ti si lo haces por amor y de forma incondicional.
No es tiempo perdido si sueñas y te pierdes en tus sueños mientras recuerdes que estás aquí y pisas suelo firme.
No hay tiempo que se pueda perder si te respetas, si te miras con cariño, si te acuerdas de lo que realmente importa. Si confías…
No es tiempo perdido bajarse un rato de este mundo y cerrar los ojos para notar que dentro de ti hay otro por explorar, con sus luces y sombras, con sus miedos, con sus rarezas, con su infinita belleza y esperanza…
Mercè Roura
https://mercerou.wordpress.com/2020/09/14/no-es-tiempo-perdido/
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