¿Te has planteado alguna vez si tenemos miedo a nuestra
individualidad?
Lo que significa <<ser tú mismo>> es una incógnita para muchos de nosotros que llevamos años esforzándonos por encajar en la familia, la pareja, el trabajo, el entorno, etc.
La sociedad ha marcado el camino y nosotros lo intentamos
seguir como buen pueblo, incluso aunque con ello dejemos de ser quienes
realmente somos.
Preguntarnos quienes somos quizá puede dar dolor de
cabeza porque puede ser una pregunta sin respuesta y es exactamente por eso,
porque no busca una "solución", lo que busca es una reflexión.
Definirte es algo literalmente imposible.
Eres lo que haces en cada momento, dentro de 10 minutos puedes ser diferente a lo que eras y los que te ven, pueden pensar diferente sobre ti.
Por eso, cuando pensamos en ser nosotros mismos, en
cultivar nuestra individualidad, se nos plantean las dudas necesarias para -
decidir - lo que queremos en nuestra vida y lo que no.
¿Cuántas cosas hay en nuestra vida que hemos elegido
conscientemente?
Muchas son sorpresas de la vida y si nos dieran lo que
queremos, nos gustaría, pero generalmente la vida nos pone las pilas dándonos
lo que necesitamos para evolucionar, no lo que queremos.
Sin embargo, imagina que tienes un barco que representa
tu individualidad. Si te dejas llevar por el viento y la marea, tus destinos
serán inesperados y quién sabe lo que te depara la vida.
Pero cuando sabes dónde vas, cuando tienes un rumbo, usas
el viento y la marea en tu beneficio, entonces las vicisitudes de la vida, las
dificultades, son vientos entre babor y estribor, ya no es mala suerte, porque
ahora decidimos <<usar>> las experiencias en nuestro beneficio
hacia nuestro rumbo.
¡Qué fácil suena!
Pero lo complejo es saltar al vacío de SER lo que eres. Ahí es donde sabes hacia dónde vas y, muchas veces, no es un objetivo fijo como conseguir una casa, dinero o empleo.
Cuando eres tú mismo, tienes bien limpio tu barco de la individualidad y preparado para los vientos de la vida, aunque no se tenga un destino, sabes que el propio viaje es en sí un rumbo. Rumbo al autodescubrimiento.
Entonces haces lo que siempre has hecho, vas a trabajar,
te tomas un café, sales a correr, pero nunca lo vuelves a hacer igual que
antes, porque ahora, estás eligiendo, estás siendo.
Es la diferencia entre <<Estar vivo>> y
<<Estar Viviendo>>
Cuanto más somos más llegamos a los demás.
Cuanto más somos más llegamos a los demás.
Héctor Ibáñez
crisol_life@hotmail.com
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