¿CUÁL ES LA VERDADERA PREGUNTA DE TU PREGUNTA?
La respuesta siempre
está en la pregunta. La cuestión es: ¿qué es lo que verdaderamente estás
preguntando? ¿Alguna vez te has parado a observar lo que hay “detrás de”?
Tenemos
la llave del tesoro en nuestra mano pero vamos tan deprisa, tan acelerados, que
no la vemos. Nuestro impulso nos aleja del momento
Presente, que es el único lugar en el que podemos abrir(nos) esa cajita en la
que nos guardamos, en la que nos escondemos. Y buscamos, buscamos y buscamos Fuera
las respuestas que están Dentro. No nos permitimos PARAR, quizás porque
inconscientemente tenemos miedo de Ver lo que en realidad hay ahí, porque
quizás, sólo quizás… , si lo viéramos, tendríamos que tomar muchas decisiones
que no queremos tomar.
Estamos
autoengañándonos todo el rato para justificar nuestra no-acción, nuestra
comodidad, nuestra zona de confort, nuestra cobardía, nuestra desconfianza,
nuestra falta de responsabilidad para con nuestra Vida. Somos unos grandes
actores, a veces siendo los protagonistas de la historia y otras siendo los de
reparto.
Repartimos autoengaños para que no nos dejen de querer, para que no
nos culpen, para que no nos abandonen, para no quedarnos solos con nuestra
soledad. Y
el mundo se convierte en un auténtico teatro en el que yo te hago la cama a ti,
tú a mi y mientras tanto, la casa sin barrer…
Antes me mentía,
bastante, hasta que el límite de mi sufrimiento destapó la Verdad. Lo sabemos.
Siempre lo sabemos. Hay una sensación debajo de toda esa película que nos inventamos
de “no te lo crees ni tú” que es muy palpable y que también intentamos
enmascarar. Y es en esos momentos del día en el que nos quedamos a “solas” con
nuestro disfraz, donde las caretas se quitan sus caretas y la desnudez se
arrodilla ante nuestros pies, donde nos Sentimos tal y como estamos realmente,
sin maquillajes en el corazón y con mucha vergüenza por toda nuestra actitud. Y
nos asustamos tanto que a los dos segundos ya nos hemos fugado “con otra”…
personalidad.
¿Por qué te crees que
a nadie le gusta estar solo y hace y hace, sin respirar, cubriendo su tiempo de
distracciones para no pensar-se? ¿Porque se aburre..? ¡Ja! Excusas.
Ahora se me da fatal
mentirme. Me pillo enseguida (aunque seguro que alguna se me cuela pero ya la
atraparé…). Y cuanto más practicas, más te destapas, más intolerante te vuelves
a tus propios boicots y más detectas los de los demás. Te conviertes en un
polígrafo andante y es una pasada lo que puedes llegar a Sentir. Es como si
todas las Creencias, los miedos de la persona que tienes enfrente (o al lado o
detrás de la pantalla) tomaran forma y flotaran a su alrededor cada vez que
habla, cada vez que calla.
Es difícil convivir
(como familia, amistad, compañera o pareja) con alguien que no te sigue el
juego y que te planta en la cara todo lo que no quieres aceptar de ti, todo
aquello de lo que huyes, todo a lo que no te quieres enfrentar. Lo entiendo, es muy
incómodo ver el reflejo de tu sombra constantemente. Yo si no
quisiera verme tampoco me gustaría estar conmigo. Hace falta ser muy muy
muy honesto, y hoy en día hay muy muy muy poca gente que lo sea. Claro que a mi
me ocurre lo contrario. Para mí lo difícil es estar con alguien que no sea
transparente, auténtico (sea como sea), sincero, que se atreva a ser quién es,
a decir lo que piensa, a sentir lo que siente y a seguir su Verdad, le pese a
quién le pese, me pese lo que me pese.
Hay
preguntas que no están preguntando lo que están preguntando. Si te quedas en la superficie no las puedes captar pero si
“escuchas” atentamente podrás oír la pregunta Real. Y para poder hacer eso, de
nuevo, tienes que empezar por tu interior. Si no te profundizas, si no te
conoces, si no vas a tu raíz, no podrás ver en el otro más que el traje de su
falso personaje.
“Ves”
al otro en la misma medida en que te ves a ti.
Esas gafas mágicas que te hacen e-videnciar el “más allá” no se pueden comprar
ni te las pueden regalar. Se obtienen adentrándote en tu Luz que se halla
oculta en lo que llaman, en lo que percibes como “oscuridad” que es donde la mayoría
de la gente se vuelve “patrás”. Por eso, por muchos libros que leas, por muchos
cursos que hagas y por muchos viajes en los que te inicies, llegarás hasta
donde tus ojos puedan leer según lo que te hayas atrevido a mirar, en ti. La
clave es EN TI.
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