CUANDO NOS VAYAMOS…
Cuando nos vayamos de este mundo material lo cierto es que
no nos llevaremos nada. Nada que no sea lo que llevamos grabado en el alma.
Aquí se viene a evolucionar a través del conocimiento y por
medio del aprendizaje y eso es lo que nos llevaremos, cuando hagamos el camino
de vuelta a casa, nos llevaremos el conocimiento que hayamos sido capaces de
integrar a lo largo de nuestra existencia.
Las vivencias, las risas, la complicidad, el gozo, el dolor,
la tristeza y el llanto. Lo que no se ve ni se toca pero se siente muy dentro.
Aquello incoloro, etéreo e incorpóreo pero tan permanente que traspasa de lado
a lado la existencia desde aquí al más allá.
Esta reflexión tan certera, tan obvia y tan comprensible,
aceptada por todos, apenas es puesta en práctica por unos pocos.
Cuando alguien muere nos asalta la idea del valor del tiempo
y del escaso mérito de lo perecedero, pero se nos olvida pronto y de nuevo nos
enzarzamos en enredos materiales que pensamos tenerlos por siempre y para siempre.
Vivir con esta filosofía de lo material es sin duda, un gran
error. Necio aquel que muere y mata por riquezas. La mejor y mayor de todas no
se puede medir, ni pesar, ni llevar en la maleta.
La herencia verdadera tiene que ver con las actitudes, los
sentimientos, las emociones, la bondad, la compasión y el compartir. Esto es lo
que verdaderamente nos hace inmensamente ricos y nos define como
indefinidamente inteligentes.
La vida tiene sentido, cuando no solo nosotros somos
felices, sino cuando también ayudamos a los demás a serlo.
La vida tiene sentido cuando ayudas a otro a ponerse en pie
y andar, cuando andas tu, cuando tras de ti has dejado alegría, pero sobre todo
cuando has dejado un grato recuerdo en todo aquel que te ha conocido, entonces
es cuando la vida tiene sentido.
Les dejo una historia real, para que mediten….. te deseo lo
suficiente
Estando en un aeropuerto escuche a un padre e hija en sus
últimos momentos juntos. Se anunciaba la salida del vuelo de ella y junto a la
puerta la escuche decir:
"Papi, nuestra vida juntos ha sido más que
suficiente". Tu amor es todo lo que siempre necesité. Te deseo lo
suficiente, a ti también.
Se dieron un beso de despedida y ella partió. El caminó
hacia la ventana donde yo estaba sentado. Ahí parado yo podía ver que quería y necesitaba llorar.
Intenté no ser un intruso en su privacidad, pero él me preguntó: ¿Alguna vez
dijo adiós sabiendo que será para siempre?
Perdone por preguntar, pero ¿porque es este un adiós para
siempre?
"Soy viejo y ella vive muy lejos, tengo desafíos por
delante y la realidad es, que su próximo viaje de vuelta será para mi
funeral" dijo.
Cuando decía adiós le escuche decir "te deseo lo
suficiente". ¿Puedo preguntarle qué significa?
Empezó a sonreír.
"Ese es un deseo que ha pasado de generación en generación. Mis padres lo
decían a cualquiera".
Hizo una pausa por un momento, y mirando hacia arriba como
tratando de recordar en detalle, sonrió una vez más.
Cuando nosotros decimos "te deseo lo suficiente",
estamos deseándole a la otra persona que tenga una vida llena de suficientes
cosas buenas que lo haga feliz.
Continuó y luego, volviéndose hacia mí, me dijo como
recitándolo de memoria:
Te deseo el suficiente sol para mantener tu actitud
brillante.
Te deseo la suficiente lluvia para apreciar más el sol.
Te deseo la suficiente felicidad para mantener tu espíritu
vivo.
Te deseo el suficiente dolor para que los pequeños placeres
de la vida aparezcan más grandes.
Te deseo la suficiente ganancia para satisfacer tus deseos.
Te deseo la suficiente pérdida para apreciar todo lo que
posees.
Te deseo los suficientes "holas" para que te
lleven a través del "adiós final".
Entonces, empezó a sollozar y se alejó...
Mis queridos lectores/as, les deseo lo suficiente
Dicen que "toma un minuto encontrar a una persona
especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera
para olvidarla"
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