Se que a
veces soy repetitivo, obsesivo con algunas ideas y sentimientos. Pero así
soy y no me parece mal serlo. Me gusta recordarme para no olvidar, para
continuar con mis pasos y no olvidar quién soy, quiénes somos. Esta es una
canción de búsqueda interna, porque nada se esconde, todo está
visible, audible, sentible... solo hay que dejarse llevar por la intuición...
DONDE
NADA SE ESCONDE
Fui al
desierto para ver si me encontraba
Entre la
arena y el cielo interminable.
Quise
estar solo donde no crece nada
Buscando
encontrar la llamada de la sangre.
Pero en
la arena no estaba mi nombre.
En el
desierto donde nada se esconde.
Tome
entonces mi barca adentrándome en el mar,
Esperando
que la brisa allí me hablara
En el
silencio del océano, en la soledad.
No tuve
presagios ni voces saladas
Y es que
en el agua no estaba mi nombre.
En el mar
donde nada se esconde.
Y me
retiré al monte (¿Para allí hablar con Dios?)
A parajes
solitarios, incluso a un monasterio
Y la
montaña solo el eco de mi voz me devolvió
Y no
hallé allí respuesta al misterio.
Y es que,
en las rocas no estaba mi nombre
Ni en la
cima donde nada se esconde.
Y decidí
viajar al centro de mi corazón.
Allí
busqué la luz que me alumbrara,
Allí
donde nace la Canción,
Donde el
espíritu me ofrece sus alas
Y allí
por fin encontré mi nombre,
En mi
corazón que nada me esconde.
A.BARO
No hay comentarios:
Publicar un comentario