NACIMOS PARA UNA VIDA DE ILUSIÓN
No nacimos para una
vida mediocre, sino para una vida de ilusión
La ilusión es la esperanza
con la que esperamos que se cumplan nuestros objetivos más
valiosos. Cuando digo que no hemos nacido para una vida mediocre es
porque nuestro
cerebro necesita ilusión para funcionar correctamente, igual que nuestro corazón necesita
bombear sangre.
Cuando vivimos sin ilusión,
sufrimos un déficit en los neurotransmisores cerebrales de serotonina y dopamina, causantes a su vez del
desequilibrio que originan los trastornos del estado de ánimo.
El ser humano tiene una
tremenda necesidad de vivir de ilusiones. En esta línea, nuestro
cerebro dispone de un
perfecto sistema en el que se optimizan todas nuestras capacidades en pos de
conseguir nuestros sueños. De esta forma, podremos experimentar
el placer imaginado. Así, cuando deseamos algo se producen cambios en nuestro
cerebro, especialmente un aumento de los niveles de dopamina en el sistema límbico, lo que nos
produce una gran fuente de bienestar.