CREER
EN UNO MISMO ES LA MEJOR FORMA DE CREAR
 “Nada
 ocurre sin haberlo previamente imaginado” Carl
 Sandburg.
 ¿Acaso queda alguna duda de que todo
 lo que hoy “somos en la vida” se debe a que, en algún momento
 de la misma, lo pensamos, lo imaginamos y creímos que así sería?
 Nuestro grado de desarrollo, nuestro nivel de fortuna, nuestra
 posición profesional, nuestro modelo de pareja, amigos y
 relaciones... son como son porque algún día hace mucho tiempo,
 imaginamos justamente que así sería.
 Soñar despierto es algo más que una
 fantasía. En realidad, es una forma de crear futuro. El arte de
 construir imágenes mentales, acerca de lo que uno quiere vivir, no
 sólo puede ser algo grato, sino que además es una “energía
 mental” cargada de poder creador. En realidad, el hecho de
 imaginar unido al trabajo y el esfuerzo, en desarrollar lo
 imaginado, es poner los cimientos del logro.
 El ser humano dispone de una
 capacidad extraordinaria de reinventarse a sí mismo. Y conforme
 conocemos mejor las potencialidades de nuestra mente, sabemos cómo
 aprovechar la carga creadora de nuestros brotes de emoción.
 Conviene aprovechar la fuerza motriz de los chispazos intuitivos
 para, a continuación, elaborar inteligentemente nuestro destino.
 Las imágenes mentales alimentadas
 por el sentimiento y la intuición suponen el cliché vital de
 nuestra futura experiencia. Sin embargo, cuando uno imagina su vida
 futura, debe revisar sus creencias limitadoras acerca de lo que cree
 poder y merecer. Recordemos que uno merece todo lo que sea capaz de
 imaginar y sentir. Y el merecimiento es el fruto de la confianza en
 uno mismo, sumado a la fuerza de voluntad para conseguirlo.
 El éxito ocurre cuando logramos
 nuestros objetivos pero, ¿acaso solemos crearnos objetivos? En caso
 afirmativo, recordemos que si además ponemos por escrito los
 mismos, reforzaremos intensamente nuestro inconsciente en la
 dirección imaginada. ¿Conocemos realmente nuestros objetivos?,
 ¿Sabemos qué queremos de la vida? Si se da el caso de que deseamos
 algo que hoy nos parece difícil e incluso casi imposible, no
 saboteemos tales sueños. Recordemos que si de verdad deseamos algo
 es porque tal guión, de alguna forma, está en nuestro camino.
 En el fondo, lo intuimos como posible
 sabiendo que las limitaciones tan sólo están en nuestra mente.
 Tengamos coraje y eliminemos el temor a la frustración que pareció
 acompañar algunos deseos del pasado. Confiemos que tras conformar
 nuestros sueños, la propia mente profunda encontrará el camino
 para construir avenidas neuronales hacia la experiencia.
 El hecho de ser capaces de crear
 supone la obra de arte más importante de nuestra vida. Construyamos
 nuestra personalidad con las cualidades y los valores más sabios
 que seamos capaces de visualizar. El límite no existe, tan sólo lo
 ponen nuestras creencias limitadoras.
 Primero soñémonos felices viviendo
 serenos y lucidos, y tras el guión fundamental, vayamos poco a poco
 poniendo los detalles. Si deseamos recrearnos en la tecnología del
 logro, convirtamos cada imagen en palabras y escribamos un documento
 al Universo describiendo nuestra vida futura como si todo lo que uno
 desea estuviera ya realizado. A los pocos años, nos sorprenderemos
 de la energía materializadora con que el Universo opera.
 Para crear inteligentemente nuestro
 destino, conviene inspirarse en la opción más sabia de uno mismo.
 Si somos capaces de reconocer y admirar facetas óptimas de otros,
 es que, de alguna forma, están en nosotros.
 Desarrollemos en plenitud la esencia
 de nuestra persona y nos sorprenderemos de la amable ingeniería con
 que el universo apoya nuestra voluntad. Nuestra conciencia crea
 realidad. Es por ello que para reinventarnos, podemos elegir con
 nuestros pensamientos, lo que nos va a suceder.

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