APRENDIENDO
A VIVIR
Este
tal vez sea mi texto más personal. Lo escribo sin tanta poesía,
quizás, porque quiero asegurarme de que se entiende y no me enzarzo
en las ramas y me dejo llevar por las palabras sin tener en cuenta lo
que siento…
Se me quedan cortas a veces y me gustaría dejar claro algo… Me metí en esto porque necesitaba soltar dolor y demostrar que la niña perdida y humillada podía hacer cosas hermosas… Para decirle al mundo que después de menospreciarme iba a enterarse de que se había equivocado y yo valía la pena… Para ayudar a todas las personas que como yo durante mucho tiempo se sintieron tan miserables que pensaron que nunca podrían salir del pozo… Lo que pasa es que no era el mundo el que debía cambiar sino yo… Es más, ni siquiera debía cambiar yo, tan sólo tenía que quitarme el disfraz y dejar de pelear y demostrar para sólo sentir y existir. El mundo no nos debe nada, somos siempre nosotros que nos lo debemos a nosotros mismos porque no sabemos amarnos…
Me
he sentido perdida tantas veces, algunas de ellas, hay personas que
me han leído y habrán pensado “menuda suerte, qué claro lo tiene
todo” y no es cierto. No
sé nada.
Lo que escribo y cuento es fruto de lo que he sentido y me he
encontrado por el camino… Cuando te enfrentas a situaciones duras
en la vida, los cursos, los Máster de inteligencia emocional y las
lecciones sobre coaching no te salvan…