BUSCAR LA FELICIDAD EN TIEMPOS DIFÍCILES
En la mayoría de los
casos, lo que llamamos nuestras limitaciones no son más que nuestra propia
decisión de limitarnos.
Vivimos inmersos en
un mundo donde prevalece el bombardeo de información, el auge de las revistas
del corazón, programas televisivos dedicados a hurgar en las intimidades de
historias personales o mostrarnos también, la importancia de ser divertidos o
desprejuiciados.
Nos enfrentamos al enjuiciamiento de todos sobre todo, sin una reflexión analítica, argumentada de los hechos y sus motivaciones. Pero más grave y mucho más profundo que todo eso, es la angustia, la incertidumbre que nos sacude por estos días, con la fuerza de algo incontenible y abrumador que nos deja impotentes para la lucha.
Hoy, más que nunca,
puede parecer un anhelo algo lejano querer alcanzar la felicidad, un deseo
desajustado para estos tiempos que corren.
A pesar de ello, y
tal vez por ello, todos buscamos la felicidad porque es un derecho y un deber
que nace en la esencia espiritual del ser humano.
Es
cierto que todos tenemos ese derecho, pero también es muy cierto que
"no todos lo ejercen, sino que hay sabotajes y prohibiciones, tanto
externos como internos. Las prohibiciones externas derivan de las condiciones
que vivimos, crisis política y crisis económica, persecución, pero hay otras
prohibiciones cuyo origen es interno y nos impiden ser felices aunque tengamos
esa posibilidad".
Las circunstancias
externas que nos dificultan alcanzar ese estado de serenidad y alegría, son por
todos conocidas: en un país sin rumbo político, económico y social como el
nuestro, donde los jubilados reclaman atención, los jóvenes y adultos trabajo,
seguridad, justicia y tantas otras cosas que hacen al ser humano digno… que la
felicidad parece ser una meta lejana.
Sin embargo, debemos
procurar que la desesperanza y el pesimismo no nos invadan, debería ser nuestro
objetivo en estos días: apoyándonos en la familia, en los afectos, en las
fuerzas espirituales que cada uno tenemos, fuerzas cimentadas en la
perseverancia en el obrar y en el pensar acorde al bien que se comprende.
Todos buscamos la
felicidad, pero nunca es un regalo. Hay que conquistarla y trabajarla con
ilusión. Debemos encontrar un proyecto de vida que nos llene lo suficiente como
para que motive nuestra trayectoria y justifique la lucha.
Un modelo realista y
posible a cada uno. Plantearse grandes objetivos de vida que no concuerdan con
la personalidad, las fuerzas y las posibilidades de cada uno, sólo puede
ocasionar frustración y angustia.
La felicidad se
asocia entonces con la fidelidad, es decir lealtad a los principios morales,
perseverancia en los ideales nobles, tenacidad en mantener los criterios de
conducta a pesar de los oleajes y vaivenes de tantas circunstancias que se nos
presentan. "La felicidad no se da en el superhombre sino en el hombre
verdadero".
Intentemos pensar la
felicidad como un camino, una trayectoria y no como un logro inmediato, una
conquista material que implique "tener más", sino "SER
MÁS".
Entonces la
felicidad se podrá asociar a la paz interior, a la serenidad del alma que sabe
que obra y piensa en consecuencia a lo que cree que está bien.
Manifiesta Jorge
Bucay: "La felicidad de un buscador es recorrer el camino, es
animarse a descubrir la vida cada día, es animarse a vivirla, a tocarla, y
también es animarse a padecer lo que haya que padecer. La felicidad no es una
canción, sino saber que soy capaz de cantar".
Quizás, podamos
comprender que la felicidad del alma está dada en la paz de la conciencia del
que sabe que transita el camino correcto, en la serenidad de los pensamientos,
en la satisfacción por las cosas sencillas de la vida y en el sentimiento
íntimo de gratitud.
Gratitud por todo lo
que se tiene en afectos, en conocimiento, en posibilidades de crecimiento
espiritual. El ser agradecido ante la vida, a pesar de todo lo que está
presente, se educa espiritualmente y transmite en su entorno este sentimiento
tan noble que lo dignifica.
Buscar la felicidad
entonces, implica volver la mirada sobre nosotros mismos para analizar cómo
pensamos, cómo sentimos, qué podemos hacer por los otros y en esa reflexión
serena de la existencia, encontrar la paz y la alegría por permitirnos
revalorizar las cosas importantes de la vida.
"Muy
frecuentemente nos olvidamos que la felicidad no llega como resultado de
obtener algo que no tenemos, sino al reconocer y apreciar lo que ya
tenemos". (Frederick Koenig).
http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2021/01/buscar-la-felicidad-en-tiempos-dificiles.html
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