DIFERENCIA ENTRE SENTIRSE BIEN Y SER FELIZ
Sentirse bien y ser feliz son dos conceptos muy próximos
entre sí. Podría decirse que, en muchos casos, son dos peldaños de la misma
realidad. También hay casos en los que ese sentimiento de bienestar no lleva a
la felicidad.
Este artículo trata sobre la diferencia entre sentirse bien
y ser feliz. Sin embargo, la primera dificultad estriba en que tanto lo uno
como lo otro son conceptos imprecisos. Así mismo, hablamos de estados
subjetivos que tienen que ver más con la percepción individual, que con un
cuadro definido.
Sentirse bien y ser feliz son dos estados en los que prima el bienestar. La primera diferencia entre lo uno y lo otro tiene que ver con el aspecto temporal. Sentirse bien es una condición que puede ser mucho más estable que la de ser feliz. Lo usual es que la felicidad resulte más pasajera.
Así mismo, la diferencia entre sentirse bien y ser
feliz tiene que ver con la intensidad. En el primer caso, estamos hablando
de una condición emocional más sosegada, mientras que en el segundo se hace referencia
a un estado en el que hay más
alegría y entusiasmo. Podríamos decir que ser feliz es el escalón
más alto de sentirse bien.
“El término felicidad perdería todo su significado si no
fuese compensado por la tristeza”.
-Carl Jung-
Sentirse bien y estar bien
Es importante precisar los conceptos de sentirse bien y ser
feliz, antes de identificar sus diferencias y las implicaciones que tiene. En
primer lugar, es importante señalar que no es lo mismo estar bien que sentirse bien. Estar bien
hace referencia a una condición objetiva de bienestar. Dentro de esa idea
caben situaciones como tener buena salud, no sufrir apuros económicos y contar
con un entorno familiar y social aceptable. Podría decirse que se trata de una
situación en la que no hay carencias o problemas de envergadura.
Sentirse bien, en cambio, tiene que ver con la percepción
individual de la situación personal. Una persona puede sentirse bien
incluso en medio de carencias o dificultades; así mismo, puede sentirse mal aun
cuando aparentemente no tenga problemas o vacíos relevantes.
De otro lado, sentirse bien es una condición que puede no
estar muy arraigada y resulta próxima al conformismo. En estos casos ese sentimiento es
frágil y depende de circunstancias externas En otras palabras, la
sensación de bienestar nace de la ausencia de cambios o de la falta de
expectativas. Sin embargo, no está realmente enraizada.
El difícil concepto de felicidad
La felicidad es un concepto difícil de definir. Vendría a
ser un estado en el que además de estar bien y sentirse bien, también
hay un plus de vitalidad, alegría y optimismo. El concepto podría equipararse con el de
plenitud, en tanto la felicidad genera un sentimiento de estar completo y no
sentir vacíos.
Se trata de un estado maravilloso que, sin embargo, resulta
pasajero. La sensación de plenitud se disipa en mayor o menor medida después de
un tiempo, porque el ser humano también está habitado por un vacío esencial. La
muerte, personal y de todo lo que existe, siempre está en el horizonte. De
igual manera, los seres humanos estamos expuestos a los errores y a las
vicisitudes. Por eso, rara vez la felicidad en su sentido pleno es
notoriamente duradera. En el mejor de los casos, se alterna con el estado
de sentirse bien.
Sentirse bien y ser feliz
De lo anterior se deduce que sentirse bien y ser feliz son
dos estados que están compuestos del mismo material, pero difieren en su
intensidad y permanencia. Lo cierto es que ese estado de bienestar es una
condición necesaria para sentirse feliz. No es posible sentirse mal y ser
feliz. A lo sumo, se pueden experimentar episodios de alegría o euforia.
De otro lado, ese sentirse bien es una realidad que también
tiene diferentes intensidades y naturalezas. Como ya mencionábamos, a
veces surge de condiciones externas favorables que aportan un cierto equilibrio
a la vida. En ese caso, estar bien y sentirse bien son dos realidades que
se determinan mutuamente.
El sentirse bien que puede llevar a la felicidad es aquel
que está presente, con independencia de las circunstancias externas. Es un
sentimiento que nace de la capacidad para aceptar la realidad, de la confianza
en uno mismo y de la esperanza en el mañana. Por lo tanto, no desaparece cuando
llegan las tempestades.
Una persona que se siente bien de forma profunda tiene
muchas más posibilidades de experimentar esos estados de felicidad que,
de todos modos, son pasajeros. En cambio, quien se siente bien solo porque está
bien de momento, se encuentra más cerca de lo que conocemos como “zona de
confort” que de la felicidad.
https://lamenteesmaravillosa.com/la-diferencia-entre-sentirse-bien-y-ser-feliz/
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