NADA ES PARA SIEMPRE
Conviene recordar lo
que la sabiduría milenaria nos ha dejado como enseñanza. “nada es para siempre.
Ni lo bueno, ni lo malo”.
En los tiempos
difíciles que nos toca vivir, es evidente que esa es nuestra esperanza, pero no
hay que olvidar también que debemos esforzarnos para que esto cambie, los
cambios siempre son producto del trabajo y el esfuerzo del ser humano para
mejorar la sociedad.
Cuando vivimos
tiempos felices pareciese que no van a terminar nunca. Se hacen cortos, se
aprecian efímeros, se decantan ansiosos por perpetuarse, se complacen intensos
y se devoran así mismos en un intento de no perderlos nunca.
En los momentos dulces estamos como en las nubes. Con el placer a flor de piel, con las ganas de agradar saliendo por los poros, con el entusiasmo dirigiendo cada manecilla del reloj, con la sonrisa amable en los labios y los ojos chispeantes de alegría por pasar por encima de la normal realidad que vive el resto.
Las sensaciones son
muy diferentes cuando la vida está en contra. Los minutos se dilatan, los días
cabalgan acelerados sobre las desgracias y todas parecen reunirse para hacernos
caer en el más absoluto abatimiento.
Lo cierto es que, un
día, después de pasar por todos los estados, uno llega a la conclusión de que
una vida de turbulencias, intensidades, ruidos y fuegos artificiales puede
parecer deseable a la que lleva o cuando se lleva, pero la verdadera
felicidad reside en la sabiduría que siempre será una perla que se encuentra,
solamente, en las mentes calmadas.
Y eso es lo que
perdura. La calma del alma, el sosiego del espíritu, la serenidad con la que
podemos enfrentar tanto los momentos de dicha como los más amargos. Porque
todo es temporal.
Todo termina
acabando y quizás, lo único que no lo hace es la búsqueda de ese estado de
equilibrio en el que ansiar deja de ser una palabra deseable porque nos sumerge
en las más oscuras necesidades; muy difíciles de apartar de nuestro día a día.
La clave: mirar
hacia dentro, para encontrarnos con el silencio profundo y poder descubrir las
respuestas que desde el mundo exterior nunca podrían llegarnos.
Esa será una buena
finalidad para que la felicidad se instale en nuestra vida.
REFLEXIÓN
En los cambios sufridos, por la humanidad terrestre
ha habido una constante: el deseo de salir de la rutina así pues no nos rebelemos
ante los cambios.
http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2021/05/nada-es-para-siempre.html
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