NO HA SIDO FÁCIL
No ha sido fácil. A veces he sentido mucha rabia por ello,
pero ahora veo que es casi un regalo.
Mirar atrás y ver que saliste adelante. No como soñaste sino como otra persona distinta, alguien nuevo que nace cada vez que la vida le pone en una situación complicada. Alguien que ha conseguido un poco más de paz con cada arañazo. Alguien que antes se perdía tanto en los pensamientos que los trenes se le escapaba mientras imaginaba destinos… Y ahora decide si sube o no pero ya no se culpa cuando ve que se van.
No siempre supe a dónde iba a pesar de tener claro mi mapa. A veces hay que romperlo en mil pedazos y empezar de nuevo o decidirse a dibujar el camino a cada paso. Demasiado a menudo el camino a la cima de nuestra vida que nos hemos trazado ha sido definido por el miedo y la culpa. Nos inventamos castigos y nos atamos a lugares y personas que se aseguran de que los recibamos. Nos buscamos verdugos con máscaras de amigos pero detrás de las máscaras está siempre nuestro rostro lloroso y asustado.
No ha sido fácil, pero mirando mi vida a vista de pájaro me doy cuenta de que mil de cada cien ocasiones he sido yo quién se la ha complicado. Tejemos la red y nos quedamos atrapados en ella y luego gritamos desesperados pidiendo auxilio y esperando que el resto del mundo nos salve, cuando están igualmente aterrorizados intentando liberarse de sus propias redes.
A veces todo es simple hasta que lo piensas. Hasta que pones esa mente
repleta de condicionantes y creencias a funcionar pensando que encontrarás las
respuestas y lo que hace es entretenerte en preguntas absurdas, preguntas que
ya no te importan, porque las preguntas que necesitas hacerte de verdad te dan
tanto miedo que ni te las insinúas.
No ha sido fácil, pero ha sido. A veces no es, no hay por
donde salir y te das cuenta de que la vida te pide que te quedes y sientas ese
dolor pendiente y lo atravieses, aunque sea temblando. Y la historia se repite.
Siempre se repiten las historias que antes no has terminado en paz y
aprendiendo la lección.
Hay muchas lecciones por aprender en la vida, pero todas
hablan de amor. Hablan de respeto. De paz, de mirar dentro y perderse un siglo
escuchando el silencio. De respirar. De perdonar. De darse cuenta y reconocer.
Todos nuestros miedos son castigos pendientes por culpas
arrastradas que nada tienen que ver con nosotros.
Todos los callejones sin salida en los que hemos estado
estaban antes dibujados en nuestra imaginación y pesadillas.
Todos los desengaños vividos han sido en realidad con
nosotros mismos. Porque no sabemos mirarnos, reconocernos y valorar realmente
las infinitas posibilidades de brillar que hay ante nosotros…
Todas las historias de nuestra vida hablan de esa historia
de amor que tenemos pendiente con nosotros mismos.
No ha sido fácil y no lo seguirá siendo, pero será más
simple darse cuenta de para qué es cómo es y a dónde lleva este camino… Porque
siempre lleva a uno mismo.
Todos los mapas de tu vida llevan a ti. Es el único camino,
el de vuelta.
No será fácil, pero puede que sea maravilloso.
Mercè Roura
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