EL DAR: La virtud de la generosidad
La generosidad es
una virtud de nuestra personalidad caracterizada por ayudar a los demás de un
modo honesto sin esperar obtener nada a cambio.
Las personas
generosas tienen suerte en la vida porque ellas mismas siembran su propia
suerte gracias a su actitud abierta y desinteresada. La generosidad es
una virtud que suma felicidad, paz interior, ilusión y alegría a tu vida porque
el amor que das vuelve a ti con más fuerza.
En los momentos tan inciertos y difíciles que al ser humano actual nos toca vivir, practicar la generosidad siempre que uno pueda será de mucha ayuda, para todas aquellas personas que lo estén pasando mal.
Un día, un hombre rico le pidió al profeta: Háblanos del dar. Y el profeta contestó: poco es lo que das, cuando das algo de lo que posees. Das verdaderamente, cuando das algo de ti mismo.
Porque... Qué son
tus posesiones, sino cosas que conservas y vigilas, ¿por el temor de que las
necesites mañana?
Y mañana, Qué trae
el mañana al perro más previsor, que entierra huesos en la arena sin rastros.
¿Y qué es el temor a
la necesidad, sino la necesidad misma? ¿No es el temor a padecer sed, cuando tu
pozo está lleno, la verdadera sed insaciable?
Hay quienes dan poco
de lo mucho que tienen, y lo dan pensando en la gratitud que se les deberá, y
tal oculto deseo hace que sus regalos sean despreciables.
Otros hay que tienen
poco y que lo dan todo. Estos son los que creen en la vida, y en la generosidad
de la vida, y las arcas de éstos nunca están vacías.
Hay los que dan con
alegría, y esa alegría es su recompensa. Hay los que dan con dolor y tal dolor
es su bautismo.
Pero, hay quienes
dan, y no sienten dolor al dar, y no buscan la alegría al dar, ni dan en aras
de la virtud.
Estos dan como en el
valle la rosa, que ofrece el soplo de su fragancia al espacio. A través de las
manos de éstos, la vida se manifiesta y desde los ojos de aquellos, la vida
sonríe a la Tierra.
Bien está dar cuando
se nos pida, pero es mejor hacerlo sin que se nos pida, con comprensión.
Por lo tanto, da
ahora que el tiempo de dar sea tuyo, y no de tus herederos.
Dices a menudo: «Yo
daría, pero sólo a quienes lo merezcan».
Los árboles de tus
huertos no dicen tal cosa, ni las ovejas, ni las vacas, ni las gallinas, de tus
corrales:
Dan para poder
vivir, porque retener es perecer.
Procura ante todo
que merezcas ser dador, y sé un instrumento de dar.
Porque en verdad,
sólo la vida es la que da a la vida, mientras que tú que te consideras un
dador, no eres sino testigo de la vida.
Da de corazón sin
esperar nada a cambio
La bebida de la felicidad:
Cada día al levantarse, hacer el firme propósito de
apoyar, sonreír y amar a los demás, mezclar con una gota de paciencia y un poco
de confianza en que los demás lo harán también y cómo no, limpiar el recipiente
de reproches, obstinaciones y recriminaciones.
http://lacienciadelespiritu.blogspot.com/2021/12/el-dar-la-virtud-de-la-generosidad.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario