LA VIDA ES EL REGALO
Algunos de los momentos más felices de mi vida eran la
mañana de Navidad y de Reyes…
No, no cuando era niña yo, sino cuando mi hija era pequeña.
No es que ahora sea mayor, pero los años pasan y las ganas son las mismas pero
la magia se hace evidente por su ausencia.
Recuerdo esa noche antes, contando cuentos sobre elfos,
pajes reales, cascabeles y trineos… Recuerdo esa emoción contenida en su voz
dulce y esas preguntas siempre complicadas de responder pero para las que un
«pues no sé cómo lo hacen, pero hacen magia» siempre era suficiente.
Y el gran momento, esa mañana (siempre demasiado pronto y con mucho sueño) en que todo estaba repleto de paquetes de colores y su mirada se iluminaba tanto que las luces del árbol parecían una broma a su lado. Su ilusión me llenaba de vida. Su felicidad era mi felicidad…
Aunque nos tomen el pelo con el consumismo y lo que realmente importe es lo que llevamos dentro, ya lo sé, pero ver esa cara preciosa tan entusiasmada me hacía sentir viva.La verdad es que siempre me ha gustado más hacer regalos que
me los hagan. Lo reconozco. Me siento incómoda cuando me regalan algo. He
entrado en la raíz del tema y he hurgado en las creencias y supongo que en el
fondo sigue habiendo esa sensación de no merecer, de que nos cuesta recibir sin
haber hecho nada porque nos han vendido que todo necesita sacrificio… Qué sé
yo. El caso es que cuando pienso en mucho dinero, lo primero que me viene a la
cabeza es en usarlo para comprar cosas para personas a las que amo. Ver sus
caras sería mi recompensa.
Aunque supongo que si soy sincera, no me queda más remedio
en ese improvisado ejercicio de desnudez emocional navideña, mi momentánea
felicidad (toda felicidad que viene de un estímulo externo es efímera aunque
sea bienvenida y maravillosa) tiene mucho que ver con eso de no merecer de
nuevo. Regalar, dar, hacer para otras personas para ganarme su respeto. Diré
más, darles yo que puedo porque ellos no creo que puedan… Hay algo de ego ahí
¿Verdad?
Aunque también es muy posible que demos por amor. Porque
queremos que esas personas tengan lo que merecen, lo que pensamos que pueda
hacerlas momentáneamente felices…
Y eso, eso es Navidad para mí. Una niña con ojos brillantes
abriendo regalos al pie del árbol y diciendo «mira, mamá, me lo han traído al
final». Lo sé, todo lo material no importa en realidad y es efímero y pasa, se
rompe, se desvanece, se pierde… Tenemos unos hijos sobreestimulados que
acumulan demasiado y a veces no valoran la inmensa suerte que tienen.
Lo fascinante sin embargo es esa mirada llena de magia, de
alegría, de ilusión… La mirada de alguien que se siente digno, merecedor y que
por un rato cree que realmente todo es posible.
Ojalá pudiéramos sentirlo por qué sí. Cada día en algún
momento, encontrar en nosotros esa magia. No a los pies de un árbol sino en
nuestra forma de pensar, de sentir, de vivir, de amar… Sentirnos merecedores
sin tener que ser regalados porque la vida es un regalo. Sentirnos útiles y
dignos sin tener que dar o hacer por otros porque ya nos sentimos valiosos…
Sentir esa ingravidez por un instante, pensar que todo es posible, aunque
tengamos claro que hay cosas que nunca van a suceder… Y estar presentes en
nuestras vidas sin esperar nada más que lo que es.
Amar este instante. Dejar de buscar fuera. Dejar de esperar
a que todo cambie para ser felices aunque lo que vivamos sea duro y nos duela.
Dejar de ver solo el dolor y ver el amor y la belleza de cada detalle. Mirar
dentro y encontrarse. Y ver el valor de lo que realmente somos. El regalo que
somos. Pensarnos de otro modo y sentirnos de otro modo y en consecuencia pensar
a los demás de otro modo e interpretar lo que hacen de otro modo. Dejar de ver
agresión y saber que hay mucho miedo a no llegar, a no parecer, a no tener, a
no encontrar. Y que la compasión nos invada empezando por nosotros mismos…
Nosotros somos el regalo. La vida es el regalo… Tenemos que
decidir si la vivimos como lo que es o la pasamos esperando a que llegue algo
mejor sin desenvolverla.
Mercè Roura
https://mercerou.wordpress.com/2021/12/24/la-vida-es-el-regalo/
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