19.12.14

No temas andar ligero, sin ataduras, como hace el viento.

NO TEMAS

Desde el ahora puedo observar la dificultad de comprender “al otro”, a ese otro que tanto nos aterra, y también la belleza de integrar ese dolor en el amor que todo lo mantiene unido.

En el ahora está el sueño, la realidad, la mentira y la verdad. En el ahora tienes la presencia ingrávida de lo que verdaderamente eres, y también el pesado velo que pretende ocultarlo.     

Si te sientes herido en lo más profundo de tu alma, deja que tus dolores descansen en el abrazo de la vida, y comprenderás que aquella herida no fue más que un pasajero dolor de alguien que solo quería existir.    

No temas dejar todas las pesadas cargas que llevas en tu interior, en la antesala de la verdad: allí no entrarás portando ninguna mochila. No temas andar ligero, sin ataduras, como hace el viento.

No temas dejar de hacer el esfuerzo mental que cree que puede solucionarlo todo con un golpe de pensamiento. Solo comprender la trampa te hará libre.    

No temas al que pretende herirte; más bien contempla tu herida con ojos seguros.    

No temas a la muerte que llega siempre; más bien observa el temor que hemos impregnado alrededor de ella. Dentro de esa masa oscura se encuentra el brillo de la verdad.    

No dejes que la palabrería de otros te confunda, y menos aún la mía. Quien verdaderamente te guía por camino cierto no suele pronunciar palabra

TÓMALO CON CALMA

NO TE APURES. Vas a vivir para siempre en alguna parte. De hecho, ya estás en la eternidad, así que, ¿cuál es el apuro? 

NO TE PREOCUPES. ¿Acaso este asunto va a tener alguna importancia dentro de veinte años? Tú le perteneces a Dios, y Dios es Amor; así que, ¿para qué irritarse? 

NO CONDENES. En vista de que no puedes meterte bajo la piel de la otra persona, no hay forma humana de que puedas saber qué dificultades él o ella ha tenido que enfrentar cuánta tentación, o malentendidos, o estupidez propia ha tenido que superar. Tú tampoco eres perfecto, y puede que hasta seas peor de calzarte sus zapatos. ¡No juzgues! 

NO RESIENTAS. Si algún mal se ha hecho, con toda seguridad la Gran Ley se encargará de ello. Elévate en conciencia, y así te liberas al tiempo que liberas al delincuente. El perdón es la medicina más fuerte de todas.  

NO TE QUEJES. Consume tu propio humo. Tu propio concepto es lo que ves; así que hazle un tratamiento y cambialo 

NO TE ENFADES. Sea como fuere, no puedes retener lo que no te pertenece por derecho de conciencia. Arrebatar lo ajeno pospone tu bien. 


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