LA
ENTREGA
(Diálogos conmigo mismo)
"Tu deber es descubrir tu mundo y después entregarte
con todo tu corazón". (Buda)
He leído esta frase y me he visto totalmente
identificado con ella. Siempre he pensado que cuando nos dedicamos a algo,
cuando nos implicamos a fondo en ello, siempre debemos emplearnos de corazón
sin restricciones, no cabe otra cosa que la entrega absoluta.
Posiblemente yo no soy una persona como se suele
decir “al uso” que pueda situarse en la línea media de lo conveniente, en
lo que socialmente se considera correcto o en lo que se espera de mí.
Todo lo contrario, estoy lleno de contrastes. Me
entrego o abandono, paso a la otra orilla o me quedo en la mía, tomo la sopa
caliente o prefiero un café frío. No puedo ubicarme en el beneficioso punto
medio, eso que llama el “EQUILIBRIO”. Por eso cuando me entrego lo hago sin
límites. Al menos mientras estoy en lo que me seduce. Si pierdo la magia de lo
que me entusiasma y apasiona, entonces doy la vuelta y me voy. En definitiva mi
filosofía es “EL TODO O NADA”.
No entiendo a las personas que siempre nadan y
guardan la ropa. Las que emplean el ”POR SI ACASO”, las que usan
mentiras “VENIALES” para mejorar el concepto que el otro tiene de
ellas, las que hacen las cosas por “NO VAYA A SER QUE” Las que pasan por
encima de cualquiera con tal de obtener lo que desean, las que creen ganarse la
autoridad en base al miedo. Las que miden hasta el último milímetro antes de
dar un paso, las que deliberadamente confunden cariño, con interés, las que
manipulan a los demás, sin dar nunca la cara. En numerosas ocasiones
confundimos lo que llamamos precaución, con indecisión.
A veces, caerse en el vacío no es tan malo. Muchas
veces podría significar la salvación, ya que nos ayuda a tomar conciencia, a
despertar a reaccionar y sobre todo, cuando uno está en lo más bajo, haga lo
que haga siempre le ayudará a comenzar a subir.
Solo hay que querer salvarse y tener confianza en
uno mismo que lo conseguirá trabajando en ello. Lo demás está asegurado. Por
eso cuando tengo que entregarme a lo que me toca el corazón, lo hago sin
medida.
Tal vez no sea todo lo cauto que debo, tal vez no
sea lo correcto, tal vez no lo aprueben los demás, tal vez..., tal vez… pero
miren, eso es precisamente, lo que me hace sentirme vivo y sentir la vida en
plenitud.
Recuerda siempre: “cuando no cuidas en el
presente a las personas que están en tu corazón, no esperes verlas en tu
futuro, porque para entonces serán, tu pasado”.
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