LA VIDA NO TIENE POR QUÉ SER PERFECTA PARA SER MARAVILLOSA
Las personas acostumbramos a ser muy
exigentes con la vida e incluso con nosotros mismos. Nos marcamos pautas, objetivos y
múltiples sueños por cumplir. Y desde luego, todo
esto no solo está bien, sino que es necesario.
Todos necesitamos proyectos a corto y
largo plazo que poder cumplir para enorgullecernos
de nosotros mismos, para adquirir capacidades y habilidades personales.
Ahora
bien, en ocasiones, quien se marca altas expectativas corre el riesgo de no
deleitarse de los triunfos cotidianos, los más humildes y que solo las personas
sencillas pueden apreciar: como el cariño, la amistad, la tranquilidad…
La vida no tiene por qué ser perfecta
para ser maravillosa. Sabemos que es algo fácil de decir,
pero… ¿Eres de esos que ya lo saben? ¿O aún estás enfundado en tu empeño por
conseguir esa ansiada perfección? No te preocupes, desde
nuestro espacio te invitamos a reflexionar sobre ello.
Los buscadores de la perfección cotidiana
Ser exigente y buscar la perfección en
cada cosa que hacemos es en muchas ocasiones el reverso de una moneda. La
exigencia nos hace desarrollar múltiples capacidades, pero a su vez, quien
se aplica una alta auto exigencia raras veces se siente satisfecho.
En realidad,
la perfección no es más que una quimera, una aspiración intangible.
No existen
las vidas perfectas y sin altibajos.
La
existencia es un carrusel de emociones intensas donde el
billete sólo tiene un objetivo: aprender cada día de nuestra vida.
En ocasiones, escuchamos a muchos de
quienes nos rodean quejarse en un triste lamento con aquello de “es que todo lo malo me sucede a mí, “es que a los demás todo les va
bien y yo siempre voy por el camino equivocado”…. Este tipo de
verbalizaciones y pensamientos siempre han existido y siempre existirán. Ahora
bien, antes de caer en este tipo de comportamientos debemos tener en cuenta lo
siguiente:
·
La felicidad no está en la perfección. Nadie tiene garantizada su felicidad absoluta sólo por ser rico,
por ser atractivo o por disponer de buena salud.
·
La vida se mide en instantes, y sobre
todo, en nuestra capacidad para estar abierto a la realidad, a la oportunidad, a la magia
de los detalles más simples que nos rodean y al optimismo.
Me han rechazado en ese trabajo con el
que tanto soñaba. ¿He de martirizarme pensando que no valgo para nada, que la
vida está empeñada en darme la espalda? En absoluto, soy consciente de que
cuando una puerta se cierra, se abren 6, y lucharé por todas ellas.
·
Quien aspira a una vida perfecta se sube a una cima para intentar
alcanzar el universo, mientras cada día se pierde las maravillas que acontecen
a sus pies.
·
Hay otro aspecto que debemos tener en cuenta: quien
vive en la autoexigencia luchando por tener una vida perfecta, arrastra también
a los demás a cumplir dicho objetivo.
·
La persona que aspira a conseguir una vida perfecta, suele colocar un listón tan
alto a todos a los que le rodean, que lo que acaba generando en realidad es una
gran infelicidad.
La vida es maravillosa para quien se deja llevar, para quien sabe apreciar
Y tú… ¿sabes apreciar todas las maravillas que te rodean en
el día a día? En
ocasiones, nos es difícil debido a las prisas, a las preocupaciones, a ese
rumor interior que nos impide ver la magia de la vida.
La
vida no es perfecta, es cierto, y no siempre nos trae lo que deseamos, pero en
ocasiones es capaz de ofrecernos lo que de verdad merecemos: un amor auténtico,
el calor de los tuyos, la admiración de quienes te quieren de verdad.
No todo el mundo es capaz de descubrir
o apreciar la esencia más auténtica del día a día:
·
Esa luz que acontece cada mañana para todos por igual.
·
El rumor de una familia, la tuya, levantándose para desayunar
contigo en armonía y tranquilidad.
·
Una mano cómplice que te acaricia
·
La sonrisa traviesa de tus hijos
·
Un metro que se retrasa y que te permite leer unas cuantas hojas más
de ese libro
·
Esa salud que te permite ir y venir,
correr, dormir, nadar, amar…
·
Esa siesta de fin de semana en el sofá con tu mascota
·
El olor de la tierra mojada después de la tormenta
·
El ocaso lánguido en una playa tranquila
La vida son instantes que se inscriben
en el día a día con sutil serenidad. Es un lenguaje propio que lleva su ritmo y que no todos
saben apreciar, porque hay quien va a contracorriente, con demasiadas prisas,
con el corazón desafinado y la mente alborotada.
La vida es maravillosa sin necesidad de
ser perfecta,
porque lo que es perfecto carece de error o de equívoco, y entonces no hay
aprendizaje.
La
existencia es a veces un duro maestro, y ahí está su grandeza, y también su
locura, ahí su caos y sus placeres, esos que debemos vivir a contrapelo sin
buscar la perfección, sólo los instantes que disfrutar con el máximo de
nuestras fuerzas.
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