LO QUE NO PODEMOS HACER, NOS IMPIDE HACER LO QUE SI PODEMOS
  
  
Los
 seres humanos somos muy dados a perdernos en un sinfín de
 pensamientos sobre situaciones que no podemos controlar, lo que nos
 lleva a perder un tiempo y una energía necesaria para utilizar
 sobre lo que si podemos controlar, lo que si depende de nosotros...
 
Muchas
 personas viven preocupadas y paralizadas por situaciones y
 circunstancias que directamente no pueden cambiar, impidiendo así
 el trabajo con todo lo que si puede cambiar.
 
Cada
 vez hay más personas que dedican una gran parte de sus vidas a
 criticar o alabar a personas que ni siquiera conocen, especialmente
 ahora tan de moda en las redes sociales. Se enfadan y dejan de
 realizar sus actividades diarias porque le otorgan a un comentario
 el poder de poner “patas arribas” su día. Así, cuando nos
 dedicamos a quejarnos sobre resultados que no están bajo nuestro
 control cedemos lo único que podemos controlar, nuestra mente y
 nuestros actos.
 
Intervenir
 allí donde sí tenemos capacidad de decisión es la mejor manera de
 contribuir a nuestra evolución correcta. Estamos en una sistema
 social que constantemente trata de ajustarnos a unas normas que solo
 benefician a dicho sistema, por eso ser uno mismo es uno de los
 mayores logros que podemos conseguir.
 
HAY
 UNA EVIDENCIA QUE NO PODEMOS NEGAR, 
CADA UNO DEBE VIVIR SU VIDA 
 
Esta
 frase expresa la necesidad de vivir sin ir saltando de bloqueo en
 bloqueo, de impotencia en impotencia, desgastándonos gracias a la
 culpa y a la responsabilidad que alimentamos incluso frente a esas
 situaciones que no podemos controlar.
 
LA
 PREGUNTA LÓGICA QUE DEBEMOS HACERNOS ES: 
¿CÓMO SE VIVE LA VIDA?
  
  
Y
 obtendremos tantas respuestas como personas que preguntemos, lo cual
 nos indica algo muy claro, cada ser humano debe encontrar su propia
 respuesta.
 
Si
 vivimos enfocados en lo que no podemos controlar, como el éxito o
 el fracaso del vecino o el viento que hace hoy y que va a dificultar
 nuestro trabajo, en el fondo, sin ser conscientes, estamos desviando
 nuestra energía en vez de invertirla en desarrollar nuestros
 recursos, ya sea en nuestro favor o en el de las personas a las que
 queremos.
 
Cuando
 criticamos la vida de los demás, en cierta forma, estamos tratando
 de vivir la vida de otro. Para vivir la nuestra necesitamos creer en
 nosotros mismos, algo que será mucho más fácil si estamos a gusto
 con nosotros mismos. Así, cuando nos aceptamos dejamos de querer
 vivir la vida de otros, empezando a disfrutar plenamente de la
 nuestra.
 
“SI
 LUCHAS POR TI PUEDES PERDER, PERO SI NO LUCHAS ESTÁS PERDIDO”
  
  
Para
 dejar de preocuparnos por lo que no podemos hacer, es necesario no
 perder por completo ciertas referencias externas propias lo que nos
 mantiene pensando en el futuro y nos ayuda a trabajar para superar
 los imprevistos. Sin embargo, cuando esas referencias nos producen
 una preocupación que nos desborda, porque no dependen de nosotros,
 nuestra vida carga con un peso de estrés insoportable e
 innecesario.
 
Es
 difícil controlar estos pensamientos, incluso sabiendo que nuestra
 preocupación solo puede empeorar nuestro estado. Sin embargo, eso
 no quiere decir que no podamos hacer un esfuerzo consciente en
 enfocar nuestros pensamientos en otras metas, dejando que los
 acontecimientos sigan su curso.
 
La
 preocupación por sí sola no arregla nada, y hay metas que no
 conseguirás antes o que sencillamente no conseguirás por más que
 te preocupes.
 
Todos
 nos manejamos en función de diferentes variables que no
 controlamos, pero sí podemos controlar como dejamos que nos
 afecten.  
 
Nunca
 se sabe lo que puede suceder en el futuro, porque las vidas sin
 dificultades no existen. Pero aun así, no deberíamos inquietarnos
 por lo que aún no ha sucedido, puesto que de la única forma que el
 futuro puede dañarnos es darle una carga de preocupación
 innecesaria, lo correcto será fluir y lo que venga en nuestro día
 a día, darle la solución adecuada.
Los
 seres humanos somos muy dados a perdernos en un sinfín de
 pensamientos sobre situaciones que no podemos controlar, lo que nos
 lleva a perder un tiempo y una energía necesaria para utilizar
 sobre lo que si podemos controlar, lo que si depende de nosotros...
Muchas
 personas viven preocupadas y paralizadas por situaciones y
 circunstancias que directamente no pueden cambiar, impidiendo así
 el trabajo con todo lo que si puede cambiar.
Cada
 vez hay más personas que dedican una gran parte de sus vidas a
 criticar o alabar a personas que ni siquiera conocen, especialmente
 ahora tan de moda en las redes sociales. Se enfadan y dejan de
 realizar sus actividades diarias porque le otorgan a un comentario
 el poder de poner “patas arribas” su día. Así, cuando nos
 dedicamos a quejarnos sobre resultados que no están bajo nuestro
 control cedemos lo único que podemos controlar, nuestra mente y
 nuestros actos.
Intervenir
 allí donde sí tenemos capacidad de decisión es la mejor manera de
 contribuir a nuestra evolución correcta. Estamos en una sistema
 social que constantemente trata de ajustarnos a unas normas que solo
 benefician a dicho sistema, por eso ser uno mismo es uno de los
 mayores logros que podemos conseguir.
HAY
 UNA EVIDENCIA QUE NO PODEMOS NEGAR, 
CADA UNO DEBE VIVIR SU VIDA 
Esta
 frase expresa la necesidad de vivir sin ir saltando de bloqueo en
 bloqueo, de impotencia en impotencia, desgastándonos gracias a la
 culpa y a la responsabilidad que alimentamos incluso frente a esas
 situaciones que no podemos controlar.
LA
 PREGUNTA LÓGICA QUE DEBEMOS HACERNOS ES: 
¿CÓMO SE VIVE LA VIDA?
Y
 obtendremos tantas respuestas como personas que preguntemos, lo cual
 nos indica algo muy claro, cada ser humano debe encontrar su propia
 respuesta.
Si
 vivimos enfocados en lo que no podemos controlar, como el éxito o
 el fracaso del vecino o el viento que hace hoy y que va a dificultar
 nuestro trabajo, en el fondo, sin ser conscientes, estamos desviando
 nuestra energía en vez de invertirla en desarrollar nuestros
 recursos, ya sea en nuestro favor o en el de las personas a las que
 queremos.
Cuando
 criticamos la vida de los demás, en cierta forma, estamos tratando
 de vivir la vida de otro. Para vivir la nuestra necesitamos creer en
 nosotros mismos, algo que será mucho más fácil si estamos a gusto
 con nosotros mismos. Así, cuando nos aceptamos dejamos de querer
 vivir la vida de otros, empezando a disfrutar plenamente de la
 nuestra.
“SI
 LUCHAS POR TI PUEDES PERDER, PERO SI NO LUCHAS ESTÁS PERDIDO”
Para
 dejar de preocuparnos por lo que no podemos hacer, es necesario no
 perder por completo ciertas referencias externas propias lo que nos
 mantiene pensando en el futuro y nos ayuda a trabajar para superar
 los imprevistos. Sin embargo, cuando esas referencias nos producen
 una preocupación que nos desborda, porque no dependen de nosotros,
 nuestra vida carga con un peso de estrés insoportable e
 innecesario.
Es
 difícil controlar estos pensamientos, incluso sabiendo que nuestra
 preocupación solo puede empeorar nuestro estado. Sin embargo, eso
 no quiere decir que no podamos hacer un esfuerzo consciente en
 enfocar nuestros pensamientos en otras metas, dejando que los
 acontecimientos sigan su curso.
La
 preocupación por sí sola no arregla nada, y hay metas que no
 conseguirás antes o que sencillamente no conseguirás por más que
 te preocupes.
Todos
 nos manejamos en función de diferentes variables que no
 controlamos, pero sí podemos controlar como dejamos que nos
 afecten.  
Nunca
 se sabe lo que puede suceder en el futuro, porque las vidas sin
 dificultades no existen. Pero aun así, no deberíamos inquietarnos
 por lo que aún no ha sucedido, puesto que de la única forma que el
 futuro puede dañarnos es darle una carga de preocupación
 innecesaria, lo correcto será fluir y lo que venga en nuestro día
 a día, darle la solución adecuada.

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