LA VIDA ES DE QUIEN SE LA JUEGA 
No
 nos engañemos, la vida no es ni de los más ricos, ni de los más
 guapos, ni de los más inteligentes. La vida es de aquel que pasa a
 LA ACCIÓN, del que la saca a bailar y del que hace la llamada. De
 aquel que no se encoge ante el primer “no”, de quien se niega a
 vivir de prestado lo que por derecho le pertenece y de quien se ama
 lo suficiente como para poner sus sueños por encima de su ego. 
DIGÁMOSLO
 DE UNA VEZ: LA VIDA ES DE QUIEN SE LA JUEGA.
A
 lo largo de mi dilatada vida, he visto a personas de talentos
 envidiables dejar morir sus ilusiones. Personas que teniendo mucho
 han conseguido poco y personas que con poco han logrado muncho. He
 visto a personas de extraordinaria belleza esperar a ser elegidas en
 lo alto de su torre y a personas de – digamos – dudoso atractivo
 dejar a un lado la carcasa y asaltar un corazón. Por todo ello, he
 llegado a una conclusión:
LA
 VIDA NO ES DE QUIEN MÁS TIENE O MÁS ANHELA, SINO DE AQUEL QUE ES
 CAPAZ DE QUERERSE SIN MEDIDA, APARTAR DE UN GOLPE LO SUPERFLUO Y
 LANZARSE SIN RESERVA TRAS AQUELLO QUE DESEA
El
 principal motivo por el que no sacamos el máximo partido a la
 existencia no es que no dispongamos de las capacidades adecuadas,
 sino que vivimos esperando a que el contexto o el entorno nos den su
 visto bueno para actuar. Inundados de miedos, observamos la vida a
 través de un embudo por el orificio equivocado: En lugar de mirar
 desde el agujero pequeño para verlo todo grande, miramos desde el
 grande y lo vemos todo pequeño. Nos invade el sentimiento de que,
 como acabamos de llegar, el mundo es propiedad de otros y que
 debemos pedirles permiso para que alguno se apiade de nosotros y nos
 entregue una porción.
“CUANDO
 TE AMAS, TE ADUEÑAS DEL MUNDO”.
Para
 que todo esto fluya, nada como llevar a la practica el …
 Y-QUÉ-MÁS-DA 
Cuando
 te agobie lo que piensen si no logras lo que intentas o si te
 equivocas. Cuando sientas miedo ante algo que te ilusiona y estés a
 punto de echarte atrás, pronuncia esta frase milagrosa “¿Y qué
 más da?”.
Nada
 es más valioso que tu derecho a hacer lo que te apetece. A vivir
 como tú sientas que debes vivir. Siempre y cuando no suponga un
 perjuicio para los demás.
No
 te ofendas, pero no eres tan importante. Nadie lo es. Nuestra
 importancia solo cobra sentido en nuestro entorno. Es decir, con
 nuestros seres queridos y por supuesto, con nosotros mismos.
Quererse
 no es hacer lo posible por evitar una equivocación, una mala
 crítica o cualquier clase de error que mantenga a cero el marcador
 de nuestras derrotas. Quererse es tener el valor de no frenarse ante
 lo amado por el simple hecho de sentirse vulnerable, torpe o
 imperfecto.
EL
 AMOR NO ES DIVISIBLE. CUANDO TE AMAS, AMAS LA VIDA. CUANDO TE VES
 HERMOSO O TE SIENTES PODEROSO TAL COMO ERES, LA VIDA SE VUELVE
 HERMOSA Y LLENA DE RIQUEZA.  
 
Erich
 Fromm escribió: “Si amo realmente a una persona, amo a todas las
 personas, amo al mundo, amo la vida. Si puedo decirle a alguien ‘Te
 amo’, debo poder decir ‘Amo a todos en ti, a través de ti amo
 al mundo, en ti me amo también a mí mismo’”.
CUANDO
 TE AMAS, TE ADUEÑAS DE TI Y LO QUE ES MÁS IMPORTANTE, CUANDO TE
 AMAS, TE ADUEÑAS DEL MUNDO.
“Solo
 cuando das el 100% en lo que haces dejas de pensar en los caminos
 que no cogiste”. Sin reservas: A por todas.
Se
 puede ganar perdiendo y se puede perder ganando. La diferencia está
 en cuánto pones de ti. Si no lo consigues, pero por medio del
 esfuerzo y la entrega reclamas tu derecho a intentarlo y
 experimentar, el triunfo es indiscutible.
No
 se trata de vivir en un mundo de colores-arcoíris y negar la
 existencia del fracaso, sino de saber distinguir entre dos tipos muy
 diferentes de derrota: aquella que es resultado de no haber logrado
 lo que se esperaba y aquella que permites que por dentro te hunda.
 La primera es real y puede llegar a ser muy dolorosa, pero es la
 segunda la que empequeñece nuestra vida, llena nuestro corazón de
 arrepentimiento y evita que volvamos a intentarlo.
Jamás
 vas a arrepentirte de lo que hagas cuando en el intento hayas puesto
 toda tu alma. Cuando nos vayamos de aquí, el único dolor que nos
 quedará no es el de habernos equivocado una, diez o cien veces. El
 único dolor que nos quedará es el de no haberlo intentado una y
 otra vez y no habernos agarrado con las dos manos a la vida.
LO
 PEOR QUE TE PUEDE PASAR NO ES QUE ABANDONES ESTE MUNDO SIN HABER
 LOGRADO TU SUEÑO, LO PEOR ES HABERLO SENTIDO LATIENDO MUY DENTRO Y,
 AUN ASÍ, HABERLO DEJADO ESCAPAR.
INVIERTE
 EN VALENTÍA, pasa a la acción y, sobre todo, mantén siempre el
 camino del amor despejado. De las opiniones, de las personas que te
 empequeñecen, del temor hacia lo que por esencia es intrascendente
 y, en definitiva, de todas esas creencias que te llevan a perder lo
 más valioso que en este mundo se puede perder:
LAS
 OPORTUNIDADES. ASÍ QUE EMPRENDE, INTENTA, LLAMA, DILE QUE LE/LA
 AMAS, ARRIESGA… ¡JUÉGATELA! Y SI FALLAS, RECUERDA: “¿Y QUÉ
 MÁS DA?”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario