A
LA VIDA SE VIENE A VIVIR 
Aquí
 venimos a vivir, a experimentar la maravillosa aventura de transitar
 la vida y lo que cada uno encuentre a lo largo de su vida, dependerá
 única y exclusivamente de él y de su búsqueda.
Hoy
 quiero reflexionar sobre esa tan extendida afirmación de los que
 dicen: “AQUÍ SE VIENE A SER FELIZ”
Pretender
 un consenso alrededor de la palabra felicidad es un imposible. Cada
 uno tiene su definición y ningún diccionario parece abarcarla.
Están
 quienes afirman que la felicidad es una invención de nuestra
 cultura y los que la consideran una utopía inalcanzable, pero
 necesaria para hacernos caminar. “LA FELICIDAD ES EL CAMINO”,
 dicen.
Hay
 para quien solo existen los momentos felices y para quien puede
 llegar a ser un estado permanente; los que dicen que feliz se es y
 los que dicen que en la felicidad se está.
Está
 el continuo desear de Occidente y la moderación de Oriente; los que
 buscan la felicidad en el poder, el dinero y las posesiones y los
 que tratan de reducir el deseo a su mínima expresión; los que la
 buscan en la Tierra y los que se reservan para el cielo.
Están
 los científicos que se atreven a lanzar fórmulas, los que hablan
 de un gen de la felicidad y los que dicen que lo único de lo que
 podemos hablar es de bienestar o satisfacción.  
 
Están
 los que creen que la felicidad es amar y los que creen que es
 amarse, así como los que piensan que hay que amarse para amar.
Están
 los que la intentan vender y los que la intentan comprar, los que la
 cantan, los que la escriben.
“LO
 IMPORTANTE ES TENER COSAS QUE CONTAR. YO QUIERO CUANDO ME VAYA
 SENTIR QUE HE PASADO POR AQUÍ Y HABER DEJADO HUELLA EN MIS SERES
 QUERIDOS”.
Entre
 tanta definición y tanta diferencia me queda la sospecha de que
 quizás la búsqueda de la felicidad como objetivo principal sea una
 búsqueda equivocada, en la maravillosa aventura de vivir hay
 infinitas posibilidades y ser feliz es una de ellas.
Por
 eso, y a riesgo de equivocarme, yo sinceramente pienso que:
AQUÍ
 NO SE VIENE NI A SER FELIZ NI A NO SER FELIZ, 
 
A
 LA VIDA SE VIENE A VIVIR
He
 venido aquí a mirarle a los ojos a la vida y a aceptar que entre
 ella y yo nunca va a ir todo bien. Que si bien está llena de
 alegrías, ilusiones y sorpresas, también lo está de sinsabores,
 sustos y decepciones.
He
 venido a aceptar el desafío de enfrentar y llevarme de todo: besos
 y tortas, comienzos y rupturas, triunfos y fracasos. Yo no quiero
 una vida a cachitos y recortada, yo la quiero entera, porque
 prefiero un dolor de verdad a una alegría de mentira. Quiero una
 historia con su trama, su intriga y sus desenlaces, con sus anhelos,
 sus “lo logré” y sus “casi lo consigo”. Quiero cuando me
 vaya sentir y que sientan que he pasado por aquí.
Quiero
 tener cosas que contar. Quiero batallas, hazañas, amistades,
 viajes y aventuras. Quiero conocer la paz de un camino recto y
 asfaltado, pero también la adrenalina de la curva. Y si alguien
 prefiere quedarse en una roca de Nepal meditando, serenando su alma,
 controlando sus deseos y alcanzar así los mayores niveles de
 felicidad, me parece bien, pero yo esa vida no la quiero. No quiero
 una vida calmada, sin sufrimiento, sin impotencia y sin frustración.
 Repito: yo la quiero entera.
“YO
 NO HE VENIDO A SER PERFECTO, HE VENIDO A SER YO”.
No
 quiero vivir tratando de controlarlo todo. No he venido aquí a
 decirle a la Tierra como debería rotar, he venido aquí a
 recostarme en su pecho y girar con ella. Tampoco he venido a vivir
 seguro, a ganar o a acertar, sino a atreverme, a jugar y a elegir.
 Quiero vivir la vida con las reglas de la vida, donde unas veces se
 gana y donde otras se aprende. Quiero desterrar de mi vocabulario
 las palabras exigir, juzgar y esperar, y quiero que, en su lugar,
 aceptar, valorar y amar queden subrayadas. 
He
 venido aquí a quererte cómo eres y a que me quieras como soy, y
 tal vez eso no haga más feliz el momento, o no lo haga más
 perfecto, pero si más auténtico.
Y
 si en el intento por vivir historias, exprimir cada momento y tratar
 de abrazar una vida auténtica voy dejándome jirones de felicidad,
 acepto con honor el trato, pues no debemos olvidar que en el humano
 deseo de vivir FELIZ …….. 
…FELIZ
 ES SOLO EL APELLIDO DE SU ACCIÓN PROTAGONISTA: VIVIR.
Por
 eso hay que llegar al final de ese camino tan borrachos de vida que
 ya no quede licor por probar, y tan satisfechos QUE NO QUEDE UN “Y
 SI…” del que arrepentirse.
SI
 VIVIR CON VALENTÍA SIGNIFICA HACERLO CON EL CORAZÓN ABIERTO Y
 SIEMPRE A LA EXPECTATIVA DE NUEVAS EXPERIENCIAS, DISPUESTOS A
 DISFRUTAR DEL HECHIZO AL CIEN POR CIEN…  ME SUBO AL CARRO.
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