“SOLAMENTE
 LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”
Solo
 hay un camino hacia la verdad, el conocimiento, a mayor grado de
 conocimiento, mayor grado de libertad.
Es
 decir nuestra libertad, siempre está limitada por nuestro
 conocimiento de todo lo que nos rodea y de nosotros mismos.
Somos
 realmente libres en una sociedad, donde cada vez los poderes
 establecidos, sin que seamos conscientes, nos la van quitando de una
 forma muy sutil, eso sí, encubierta esa esclavitud cada día mayor,
 tras la promesa de que lo que hacen es: “lo mejor para nosotros”.
“Libertad
es la capacidad de elección por nosotros mismos”
¿Dónde
 está escondida la llave de nuestra libertad? quizás en
 nuestra mente
¿Cómo
 podemos ser libres? Quizás si nos atrevemos a serlo si nos
 atrevemos a elegir en cada momento, siendo conscientes que habrá
 siempre algo que dejemos atrás
La
 libertad no es hacer siempre lo que queremos, sino decidir qué
 hacer con lo que nos sucede y, así ser autores de nuestra propia
 vida 
“En
 la película Matrix,
 el personaje que se hace llamar Morfeo parece comportarse como una
 especie de guía espiritual, del futuro. Como tal despierta al joven
 Neo de la ilusión en que ha estado viviendo. Neo está destinado a
 liberar la raza humana, pero para ello deberá comprender lo que
 Morfeo le dice: Has sido criado en una prisión que no puedes ver,
 ni oler, ni tocar. Una prision para tu mente”
Podríamos
 decir que a la mayoría de nosotros nos ocurre algo similar Vivimos
 limitados por una prisión para la mente No sufrimos cadenas ni
 barrotes que nos detengan y sin embargo... muchas
 veces nos sentimos atrapados acorralados privados de nuestra
 libertad encerrados en una prisión que nosotros mismos hemos
 construido o que hemos dejado construir a nuestro alrededor pero:
 ¿En qué consiste esta prisión?
¿De
 qué ilusión debemos despertar para poder alcanzar nuestra
 libertad?
Creo
 que la primera ilusión que debemos reconocer como tal si aspiramos
 a la libertad es esa idea que se nos dice una y otra vez a lo largo
 de nuestra vida de forma explícita o no. Y que hemos acabado por
 creerlo “tú no eres libre” “no eres libre y nunca lo serás,
 eres un esclavo, eres insignificante” y quienes apoyan esta visión
 nos argumentan con todas aquellas cosas que nos limitan “mira
 todas las fuerzas poderosas con las que te enfrentas los gobiernos ,
 el sistema , el azar, el destino
¿Qué
 libertad puedes tener en medio de todo esto?
Estos
 argumentos son tentadores pues nos dan una salida fácil para culpar
 a otros o al mundo de las dificultades de nuestra vida. Bien aquí
 hay algo que no podemos obviar el entorno lo que ocurre a nuestro
 alrededor y lo que nos ocurre a nosotros mismos nos limita esto es
 cierto pero estar limitados no nos convierte en esclavos porque
 recuerden lo que les decía al principio
Ser
 libres no implica poder hacer lo que me plazca sino poder
 decidir entre decir si y decir no
Nadie
 puede decidir lo que sucede. Nadie es capaz de controlar las
 voluntades de los otros, ni de predecir las situaciones en que nos
 encontramos, ni siquiera podemos elegir el resultado final de
 nuestras acciones y aquí volvemos a lo que les decía al principio
Nuestra
 libertad radica en que podamos decidir que haremos con lo que nos
 suceda
¿Y
 que ocurre cuando confundimos limitaciones dificultades o
 imposibilidades con falta de libertad?
Pues
 caemos en uno de dos lugares opuestos pero igualmente peligrosos
El
 primero de esos peligros es el de concluir que , puesto que es
 imposible hacer todo lo que quiero , entonces no puedo ser libre,
 así me resignare a lo que la vida me depare, abandonare cualquier
 búsqueda de autonomía, y me someteré a los designios de todo
 aquello que considere más grande que yo
El
 segundo peligro de creer que el ser libre es hacer lo que me plazca
 es el de por levantar la bandera de la libertad caer en una rebeldía
 indiscriminada “quiero ser libre y entonces no aceptare ningún
 condicionamiento, ningún límite, ninguna regla”
Ni
 el gobierno ni la sociedad, ni nadie me dirá lo que puedo y lo que
 no puedo hacer, soy libre y hago lo que se me antoja Quien razona
 así se convierte en alguien que desestima todo argumento social y
 se desentiende de las consecuencias de sus actos, lo que conduce a
 sentirse excluido Y no solo eso, sino que de esta manera se termina
 siendo tan esclavo como en el caso anterior, solo que es un esclavo
 “en espejo”, obligado siempre a llevar la contraria, a oponerse
 a todo o a casi todo 
Resumiendo
 hasta aquí hay dos maneras de perder nuestra libertad como personas
 resignarse a decir siempre que si a lo que nos depara lo vida o
 forzarse a decir siempre no Pero la libertad se trata como dijimos,
 justamente de poder elegir cuando decir una u otra cosa 
ASUMIR
 LAS CONSECUENCIAS
Y
 por supuesto elegir tiene consecuencias
¿Y
 a que me refiero cuando digo que elegir tiene consecuencias? Pues
 que, al elegir, abrimos algunas puertas, pero irremediablemente
 cerramos otras
No
 es posible elegir y al mismo tiempo seguir teniendo disponibles
 todas las opciones, decidirse por algo implica renunciar a muchas
 otras cosas 
En
 ocasiones, nuestras elecciones pueden no ser del agrado de alguien a
 quien queremos o respetamos particularmente o pueden ir en contra de
 lo aceptado por la mayoría de la sociedad
Eso
 no implica que no seamos libres de elegir de todas maneras
Tendremos
 que soportar después el disgusto de esa persona o la mirada
 reprobatoria de la sociedad, pero siempre es posible hacerlo Es
 cierto que a veces las consecuencias que la sociedad impone a
 algunas elecciones son difíciles de sobrellevar
Sostener
 con convicción una opción impopular, mostrar abiertamente ciertas
 preferencias o críticas a quienes utilizan el poder para sus
 intereses mezquinos son actos que requieren cierto coraje
El
 verdadero uso de la libertad necesita siempre de una dosis mayor o
 menor de valentía porque implica aceptar las consecuencias de
 nuestras acciones
La
 idea de que sería posible decidir sin consecuencias (o solo con las
 consecuencias que me agradan) es otra ilusión de la que habría que
 despertar
Si
 no estamos dispuestos a aceptar lo que nuestros actos conllevan,
 siempre nos quedaremos dentro de la prisión lamentándonos.
EJERCER
 LA LIBERTAD
Salir
 de la prisión y enfrentarse con la libertad puede producir temor 
Puede
 uno sentirse abrumado por la idea de tener que cargar con el peso
 tremendo de la responsabilidad por la propia vida
Creo
 que este peso se vuelve tremendo cuando confundimos responsabilidad
 con culpa, cuando creemos que entonces somos culpables de todo lo
 malo que nos suceda La culpa mira hacia atrás se pregunta ¿qué
 hice para que me suceda esto? Y no lleva más que la necesidad de
 castigo
La
 responsabilidad en cambio mira, hacia delante, se dice “con esto
 que me sucede “¿Qué haré? No es una carga insoportable sino un
 peso que puede levantarse día a día es más creo que es un
 peso saludable, un peso que nos hace mantener los pies sobre la
 tierra y evita que la vida se vuelva demasiado liviana
Sin
 responsabilidades podríamos ser llevados (como un globo por el
 viento) por la liviandad “de todo da lo mismo”
Hay
 quienes sostienen esa postura que todo da igual, que, a fin de
 cuentas, nadie sabe que producirán sus acciones y por ello más
 vale despreocuparse Si te encuentras frente a un dilema y acabas
 pidiéndole consejo a una de estas personas, quizás te conteste (o
 por lo menos piense) ¿Qué más da? Si moriremos de todos modos
 ¿Qué diferencia hay?
Creen
 que equiparar todo los libera, pero pasan de estar encerrados a
 estar perdidos en medio de un páramo desolado
No,
 justamente porque no todo da lo mismo, justamente porque las
 elecciones, tienen consecuencias, justamente porque las decisiones
 tienen un peso, es por lo que la libertad es tan importante Tener
 tanto poder (aunque sea sobre uno mismo) da miedo da vértigo
No
 hace falta esperar a que los miedos desaparezcan para ejercer la
 libertad “aunque tengas miedo hazlo igual” el coraje consiste en
 eso
Decidir
 depende de nosotros
Si
 despertamos de estas ilusiones, si comprendemos que tenemos la
 posibilidad de la libertad, que mas allá de las presiones y
 las dificultades que el mundo nos impone, que la capacidad de
 decidir reside en nosotros, podremos salir de aquella “prisión
 para la mente “y ampliar nuestros horizontes
Animarnos
 a dar un paso más allá. Si aceptamos que no todo da igual y nos
 hacemos cargo de las consecuencias de nuestros actos Si a partir del
 amor por nosotros mismos obtenemos el coraje para ir en la dirección
 que señalan nuestros deseos, comprenderemos que en el ejercicio de
 la libertad nos va la vida (la que queramos vivir
Porque
 al hacerlo iremos moldeando el mundo que nos rodea de una manera
 única Pero también nos estaremos inventando a nosotros mismos
 Construyendo quienes queremos ser
TRES
 LLAVES PARA SER LIBRES
Hay
 sutiles cerraduras que limitan nuestra libertad personal
1.-
 La educación recibida.
2.-
 El pensamiento rutinario
3.-
 La dependencia emocional de nosotros depende abrirlas
“El
 hombre esta condenado a ser libre” Jean-Paul
 Sastre
 
 
“Si
 quieres ser un auténtico
 buscador de la verdad es necesario que al menos una vez en tu vida
 dudes en la medida de lo posible de todas las cosas”. René
 Descartes
 
 
“No
 existe la libertad sino la búsqueda de la libertad y esa búsqueda
 es la que nos hace libres” Carlos
 Fuentes
La
 diferencia entre un héroe y un cobarde es tan solo que el héroe es
 él quien controla su miedo, el cobarde sin embargo, es él el
 controlado por su miedo
Las
 ataduras más fuertes, sin embargo, son las emociones, cadenas
 íntimas que oprimen el propio corazón, nuestros gustos, nuestros
 deseos, nuestros odios y nuestros temores. Estamos ligados con lazos
 fortísimos a las cosas y a las personas que consideramos nuestras. 
Incluso
 nuestra queridísima imagen social, esa que depende de las opiniones
 de los demás.
Y
 también a aquellas cosas que no tenemos pero que nos gustaría
 tener y que enganchan nuestro corazón desde lejos como un pescador
 con su anzuelo.

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