Cinco cosas con las que puedes conseguirlo
¿Alguna
vez al caminar por la calle, haz visto a alguien que te inspira?
Tanto te inspiró que fue hasta contagioso. Pues esto también se
aplica al ver un acto
de bondad,
al ver personas ayudando o haciendo un bien mayor. Una
pequeña demostración de humanidad puede generar una cadena de
solidaridad.
A
continuación unas ideas simples para ayudar y en consecuencia
contagiar un comportamiento solidario y positivo.
1.
Planta un árbol en algún espacio público
Imagina
una ciudad llena de árboles. Cada ciudadano con el suyo. Árbol que
aprende a amar, respetar y cuidar.
Con
ciudades tan faltas de verde, comencemos plantando un árbol. Si
se genera una cadena de solidaridad, podemos imaginar esa ciudad
llena de árboles como la nuestra.
2.
Juega con los perros de la calle
Esa
felicidad de estar caminando en la calle y de la nada encontrarse con
un muy buen amigo.
La
próxima vez que estés caminando y te encuentras con un perro
callejero… salúdalo, acaríciale, conversa con él. Al
rato, van a generar una gran amistad.
Muchos
de nuestros mejores amigos del reino animal están abandonados en la
calle y estarían felices de compartir un buen rato.
3.
Comparte unas palabras con alguien en situación de calle
Posiblemente
lo más interesante de las relaciones humanas es conversar.
Lamentablemente
este intercambiar de ideas, pensamientos, historias hasta chistes es
poco frecuente. Si nos fijamos, se conversa muy poco y siempre entre
“pares”, no entre todo tipo de personas. Hay
que fomentar dialogar entre todos… jóvenes,
viejos, gente que vive del mar y por
sobre todo quienes viven de nuestra generosidad. Generar dialogo
transversal es
indispensable para hacer de este mundo un mejor lugar. Impulsa esa
conversación, de seguro la generosidad se va sentir para ambos
lados.
4.
Regala una flor a un total extraño
Imagina
que un desconocido te regala un hermoso girasol mientras paseabas.
Pero lo más bello es que esta persona lo hace para hacernos sonreír,
ver sonrisas sinceras. Para ver nuestra mejor perfil.
Haz
la prueba, regala una flor. Son sonrisas contagiosas.
5.
Recoge basura en tu camino
Una
moneda, la más valiosa, se cruza en tu camino, ¿la recoges? Sin
darnos cuenta nos cruzamos constantemente esa moneda al caminar, pero
no la recogemos, al contrario, la vemos como basura… literal.
Porque
más valioso que cualquier moneda es vivir en una ciudad limpia.
Veamos
la basura tirada como nuestra oportunidad de contribuir en mantener
nuestros barrios hermosos y para dar el ejemplo a otros.
Con
mínimos detalles logras hacer del mundo un mejor lugar.
Ve
al desconocido como un amigo; un parque, como tu jardín; una
sonrisa, como un regalo… un acto humano, como el primer paso para
humanizar el mundo en el que vivimos.
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