A
mí también me dijeron que fuera fuerte y peleara por todo… Que
esto era una lucha feroz y que si me esforzaba mucho conseguiría lo
que soñaba…
También
me contaron que debía hacer sin parar y no detenerme nunca, ni para
tomar impulso… Que si dejaba de hacer y de esforzarme nunca
conseguiría nada y el mundo iba a despreciarme… Que tenía que
ganarme el respeto y el derecho a ser y que para ello debía
demostrar cada día, sin fiestas, sin domingos, sin aliento.
Me
contaron que tenía que ser buena persona y que pensar en lo que yo
necesitaba era egoísmo puro… Que necesitar era de débiles y que
si no te escuchas al cuerpo cuando duele, al final se cansa… Que
esto iba de tragar vida y engullir lo que hay a tu paso sin
permitirse dudar.
Me
dijeron que, si era la primera, llegaría lejos… Que no había más
opción que ser la mejor… Que no me diera tregua y me dedicara a
trabajar al máximo… Que el ocio era un desperdicio de tiempo y que
el silencio era algo terrible a evitar a toda costa…