Cuando
empiezas a caminar la vida, sin darte apenas cuenta vas avanzando y
llenas tu vida de años y llega un momento que algo en tu interior
te susurra al oído que debes prepararte para el regreso a tu
origen.
Y
es entonces y solo entonces cuando inicias el camino de regreso a
casa, cuando comienzas a darte cuenta que no eres solo un cuerpo
físico y reconoces que existe algo mucho más grande y profundo
dentro de ti. Comienzas a darte cuenta que eres el que habita ese
cuerpo físico, que eres el que lo anima. Adviertes que si “ese
algo” no habitara tu cuerpo, éste se desplomaría, inanimado y
sin vida.
Tomas
conciencia de que tu verdadero lugar no está allí en ese cuerpo,
que habitas solo por una cierta cantidad de años y luego lo
abandonas. Existe algo dentro de ti que te permite comprender todo
esto. Y llega un momento en que lo ves muy claro y es entonces
cuando comienzas tu regreso a casa, a tu origen.
Te
percatas de que tu cuerpo físico tiene energía y vitalidad porque
tú eres quien se la entrega. Su estado de salud dependerá del
estado de alineación que tengas con ese verdadero ser que tú eres.
Mientras más alineado te encuentres respecto a tu verdadera
esencia, mas vitalidad tendrá tu cuerpo físico.
Notas
que toda enfermedad es un alejamiento de la coherencia interna entre
lo que piensas que eres y lo que realmente eres.
Te
das cuenta que estás de paso por aquí, que tu alma ha elegido
vivir lo que estás viviendo y dejas de temer a las experiencias de
tu vida. Observas el programa que estás ejecutando y aunque aún no
puedas soltarlo por completo, al menos tomas la suficiente distancia
como para respirar y sentir cierto grado de alivio. Te
autorizas para encontrarte allí justo donde estás.
Todo
lo que antes considerabas como un drama comienza a bajar su
intensidad y aunque las cosas aun no estén tal como quisieras que
estén, ya no te desanimas como antes. Tienes una actitud de entrega
ante lo que aún no terminas de comprender. Adviertes que nada de lo
que sucede fuera tiene tanta importancia, como la importancia de
atenderte por dentro y te dedicas a identificar los pensamientos que
están sosteniendo tu programa de vida personal.
Comienzas
a ver claramente la correlación que existe entre tus pensamientos y
lo que estás manifestando en tu vida.
Comienzas
a observar tus pensamientos y tus emociones con mayor nitidez y ya
no te asustas con ellos.
Poco
a poco te vas entrenando en el juego de advertir cómo la energía
invisible que emanas se va materializando en eventos y cosas que te
sorprenden.
Comienzas
a aceptar el lugar donde te encuentras, tu valor deja de depender de
lo que has conseguido y pasas a valorarte en lo que eres capaz de
reconocer como sagrado en ti. Te das cuenta que tu auto-valor
depende más de tu nivel de conciencia que cualquier otro logro
terrenal. Te das cuenta de que si te alineas, puedes conseguirlo
todo, porque todo es posible para un ser alineado a su
esencia. DESCUBRES QUE TODO ESTÁ DENTRO DE TI.
Comienzas
a abrirte para amarte más profundamente como el ser que eres. Junto
con eso, comienzas a comprender a los demás, dejas de juzgarlos y
los autorizas para que hagan lo que quieran con sus vidas porque te
das cuenta que sin esas vivencias no podrían tener la oportunidad
de despertar así como tú lo estás haciendo. Comprendes que todo
este proceso es muy personal y que no puedes presionar a nadie para
que avance como tu deseas.
Con
ello comienzas a percibir que los demás pueden mostrarte algo muy
importante de ti mismo. Quizás te conecten con el gran amor que
eres o quizás te conecten con la victima que aún existe en ti. Se
convierten en un espejo maravilloso, sin ellos no podrías advertir
lo que aún está sin descubrir dentro de ti. Comprendes que no
hay nada que perdonar a nadie, solo agradecer lo que te muestran.
Adviertes
que tu historia personal es solo un papel que representas y que
puedes abandonar ahora mismo. Entonces dejas de recrear el pasado
porque aprendes la lección y lo dejas ir. Tampoco te atormentas por
el futuro porque sabes que estás tomando el mando de tu existencia.
Adviertes que hoy mismo, ahora mismo, en tu presente, puedes
sintonizar contigo, con tu conciencia, con tu energía, tu luz y el
amor que eres.
PIÉNSALO,
SI PUEDES SINTONIZAR CON ESE GRAN AMOR QUE ERES, ¿POR QUÉ PODRÍAS
TEMER AL FUTURO?
Notas
que puedes experimentar una gran toma de conciencia en cosas
pequeñas, comunes y corrientes, pero que te proporcionan gran
entendimiento y sabiduría.
De
esta manera comienzas a disminuir las fuertes sacudidas que la vida
pudiera darte cuando no estás atento a las pequeñas señales e
insistes en resolver tus situaciones por las vías menos adecuadas,
basado en lo que dice el personaje que estás interpretando.
Te
vuelves capaz de detener los grandes eventos traumáticos porque los
ves venir desde antes de gestarse y realizas los cambios internos en
sus inicios. Al estar más alineado, todo te parece bueno, noble y
bello.
Descubres
que eres capaz de observarte a ti mismo actuando y experimentado tu
vida en este plano de cuarta dimensión.
Luego
de eso, te das cuenta que todo lo que te sucede es solo una
experiencia, que no importa tanto lo que está pasando allá afuera,
que es más relevante lo que está sucediendo dentro de ti y
disfrutas al observar cómo abordas las situaciones de la vida.
Existe algo dentro de ti que comienza a interesarse por descubrir
cómo se generan tus experiencias.
Te
das cuenta de que estás aquí para experimentar la alegría y la
tristeza, el frio y el calor, el compartir y la soledad, el
entendimiento y las discusiones, lo bueno y lo malo, para descubrir
que esos polos están dentro de ti. Estás aquí para vivirlos e
integrarlos.
Tomas
consciencia de tu historia, de que estás repitiendo esa historia,
de que puedes dejar de repetir esa historia y de que tienes la
libertad para decidir terminar de repetir la historia.
Tu
regreso a casa consiste en conocerte, auto descubrirte, observarte
mientras experimentas tu vida, en sentir lo que sientes,
experimentar el olvido y el recuerdo de quien eres realmente,
siempre a salvo, porque tarde o temprano vas a volver a ser el todo.
TU
REGRESO A CASA ES LLEGAR A DESCUBRIR QUE ERES AMOR.
Tus
experiencias tienen la función de hacerte tomar consciencia de ti
mismo, de tu capacidad de logro en medios materiales, en relaciones,
en la crianza de los hijos, en prestigio y todo lo que corresponde a
este mundo.
Pero
recuerda que todo eso va a quedar atrás y solo te vas a quedar con
el conocimiento que te ha dado, la experiencia de todos tus
descubrimientos. Tu alma anhela regresar a casa y existe algo dentro
de ti, que te llevara de regreso. Todo regresa a su origen.
Descubres
que tu aprendizaje más importante es emanar amor y con ese
conocimiento integrado cuando llegues a casa podrás decir “estoy
en el mundo, pero no soy del mundo”.
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