TU MEJOR PLAN SIEMPRE SERÁS TÚ MISMO
La verdad es que estamos siempre muy ocupados. Exprimimos el
tiempo al máximo, hasta que no nos da más de sí. Estamos enfrascados en una y
mil actividades que pretenden cubrir el tiempo vacío. Que no nos quede nada sin
llenar. Hacer, hacer y hacer aún más, es nuestro plan.
Parece que tenemos miedo a no hacer nada, a disfrutar del
momento, a encontrarnos con nosotros, es como si nos pasásemos la vida huyendo,
evitando coincidir en algún momento con nosotros.
Nunca nos han enseñado a que el proyecto seamos nosotros
mismos. A que el plan se centre en nosotros y después todo lo demás que hagamos
gire alrededor, para mejorar día a día dicho plan.
Todo lo que nos han enseñado tiene que ver con el afuera;
tanto que éste se convierte en lo único importante. Pero por debajo de todo eso
hay un ser humano que va convirtiendo las experiencias en emociones, a veces en
dolor, en rabia otras, en prisa y ansiedad la gran mayoría. Y a ese ser humano
nadie le da importancia, ni siquiera nosotros. Pero se queja, se resiente y se
confunde cuando no le hacemos caso.
Desde pequeños deberían enseñarnos a estar con nosotros, a
observar, a disfrutar de lo sencillo, a gozar del momento de “no hacer nada”.
Tan lejos estamos de esto que cuando tenemos esos tiempos para dedicarlos a
nosotros hasta nos encontramos mal.
Estar solos se convierte en una desgracia y nos descoloca.
Sin embargo, es una excelente oportunidad de disfrutarnos, de conocernos, de
advertir lo que hay que mejorar sin prisa, de gozar de un tiempo nuestro en
donde el plan seamos nosotros mismos.
Nadie nos enseña tampoco a tener nuestro propio proyecto de
vida en el que trabajar. Creemos que nuestra vida se va haciendo casualmente,
con lo que llega, con lo que nos toca vivir. La realidad es bien distinta.
Nosotros podemos crear la realidad porque esta se crea de
acuerdo a la actitud, la postura y el sentir que tomemos frente a lo que nos
pasa. Y la realidad cambia constantemente, sencillamente porque nosotros somos
los que en realidad cambiamos.
Hay que aprender a tenernos como centro de nuestro plan y
después dejar que todo lo demás se acomode con respecto a él.
Cuando nosotros seamos nuestro mejor plan, nuestra vida
comenzará a cambiar dando como resultado, una vida más plena, más intensa en
definitiva más feliz.
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