EL DESTINO ES LA SABIDURÍA DE SABER ELEGIR
¿Crees en el destino? ¿Consideras que hay un
camino predeterminado para cada uno de nosotros? En ocasiones, pensamos que
nuestra vida
ya está condicionada y que no podemos hacer nada para cambiarla. Nada más lejos
de la realidad, el destino no es algo en lo que ya está todo dicho, ¡tú
tienes la última palabra!
“Cualquier
destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento:
el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”
-Jorge
Luis Borges-
Soy responsable de
la vida que he elegido
Como seres humanos, a veces somos muy
irresponsables con las experiencias y circunstancias que nos toca vivir. Cuesta
hacerse responsable de algo que no nos gusta y que rechazamos. De esta
manera, culpamos al destino de nuestra propia vida. Pero, ¿es que alguien ha
elegido esa vida por ti?, ¿realmente es culpa del destino? No, la vida que
estás viviendo es la que tú, libremente, has elegido.
Nadie tiene una vida predeterminada que le
haya tocado vivir. Incluso las circunstancias que te hacen ser tremendamente infeliz
pueden ¡ser cambiadas! El problema es que nos obcecamos en ver lo negativo de
cada situación, mientras queremos salir de algo en lo que no ponemos ningún
empeño
Imagínate que no estás contento con la
situación que estás viviendo ahora en tu vida. ¿Qué te impide cambiar? ¿Son
límites que realmente existen o te los impones tú? ¿Realmente te estás
esforzando por solucionar esa situación o te estás dejando llevar?
“El que puede
cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino”
-Stephen
Crane-
Todos los límites que podemos ver existen
mucho más en nuestra mente que en la realidad. Es decir, nosotros mismos nos
limitamos porque no queremos esforzarnos en derribar todos esos límites que se
imponen ante nosotros. Porque sí, puedes derribarlos. No hay límite que
se te resista si así tú lo eliges. Tu mente es poderosa. Si
quieres alcanzar algo lo lograrás
Asume el riesgo de
vivir
“Vivir” es una palabra que se dice a la
ligera, pues todos estamos capacitados para vivir. Pero, ¿es fácil? La verdad
es que no y esto se hace patente cuando no asumimos el riesgo
que supone vivir. ¿Por qué lo denominamos un riesgo? Porque cuesta, porque la vida no es todo un
camino recto, sino que tiene sus subidas y bajadas constantes.
Cuando asumas tu propio riesgo de
vivir, sabrás que tú eliges la vida que se presenta ante ti y que no existe ningún destino que te obligue a estar viviendo una
vida que no deseas. Esta es una forma muy cómoda de ver los problemas: “no
tengo posibilidad de cambio y con esto tengo que conformarme”.
No importa que seas joven, maduro o una
persona ya mayor. Durante todas las etapas de tu vida encontrarás dificultades,
dolores, angustias, pérdidas… Ante todo esto, podrás sobreponerte, pues tienes
la fuerza y capacidad necesarias para hacerlo. Pero, no le eches la culpa al
destino. Vivir tiene algunas consecuencias y estas son solo algunas de ellas.
“Puede
que el destino te lleve a un cruce de caminos, pero eres tú
el que decide la
dirección de tu vida”
Es importante, también, asumir riesgos en
cuanto a la vida para cambiar esa situación que no te gusta. Salir de tu zona
de confort y decidir modificar todo en lo que ahora mismo estás ¡cuesta! y
es un riesgo porque no sabes si saldrá bien o mal. ¿No estás dispuesto a
comprobarlo?
El destino se forma
con tus elecciones
¿Recuerdas la cantidad de veces que dices
querer volver atrás para cambiar algo? Ese pasado
que quizás no contenga actos de los que te sientas muy orgulloso. Sí, podrías
volver atrás, pero si hubieses actuado de otra forma o hubieses elegido otras
opciones, tu destino hubiese cambiado.
Nuestro destino no está marcado,
sino que lo vamos labrando nosotros poco a poco.
Durante todas las etapas de nuestra vida debemos elegir y con cada elección nos
abrimos camino por un nuevo sendero. Es importante que escojamos bien, aunque
también es importante equivocarnos y saber escoger otra opción.
Si nos diesen la opción de dar
vuelta atrás y cambiar algunos de nuestros actos, hasta la más mínima
modificación significaría un cambio absoluto del presente de nuestra vida. Entonces, seríamos conscientes de lo importante que son nuestras
elecciones y que nuestro destino cambia con respecto a ellas.
“El
destino no es lo que te va a pasar, sino lo que tú quieres que te suceda”
Ahora que sabes que el destino depende de
tus elecciones, asume el riesgo de elegir y equivocarte,
ten el valor para enfrentarte a tu vida si no estás conforme con ella y nunca
te permitas pensar que no puedes hacer nada, porque tú tienes la última
palabra.
¿Cambiarás tu destino?
Raquel Lemos Rodríguez
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