DESPIERTA
Sucumbe
a la tentación. No para depender de nada ni de nadie. Hazlo si no lo
has hecho hasta ahora por el qué dirán y porque en el fondo crees
que no te lo mereces. Demuéstrate que no hay nada vetado para ti,
ponte en el lugar
que deseas ocupar y goza de la densidad de tu cuerpo ocupándolo…
No te prives de nada que sueñes, sobre todo de lo que no se compra
ni se adquiere por sacrificio previo o alquiler de tu alma…
Equivócate
trescientas sesenta y cinco veces más… Están todos esos días por
estrenar y tienes mil posibilidades para pasarte de largo… Tal vez
mejor que quedarte corto, si lo haces por desconfianza. Por si te
quedas con las ganas, a las puertas del algo hermoso por no osar o no
intentar.
Sé el
gato a quién mató la curiosidad… Porque no está muerto, no es
cierto. Está en otra ciudad viviendo una historia de amor
maravillosa o recibiendo los frutos de un próspero negocio que se
atrevió a emprender cuando nadie apostaba por él… Esa parte no te
la cuentan para que no te largues y no arriesgues como hizo él…
¿Nunca te han hablado del gato que murió de aburrimiento? O del que
quedó sepultado por la rutina, la desidia y la mediocridad de una
vida sin pasión ¿verdad? Esos sí que existen y deambulan entre
nosotros con cara amarga y gesto compungido…
Baila.
Empieza cuando no te vean, para calentar. Sé que no te atreves
incluso cuando no notas sus miradas en los hombros… Porque las
verdaderamente inquisitoriales son las tuyas… Atrévete a mirarte
con ojos enamorados, con ojos compasivos… Nota el espacio que
ocupas en el aire cuando bailas, disfruta de ese casi segundo de
vuelo…
Haz algo
distinto. Ve a un lugar nuevo o ves al lugar de siempre y pide otra
cosa. Mira de otro modo. Sal por otra puerta. Cambia de camino… A
ver qué pasa. Practica una imprudencia equilibrada… Sal del
decorado poco a poco hasta que veas a dónde te lleva esa senda…Usa
palabras nuevas, palabras que te inspiren… Ten a mano unas cuantas
de esas que te hacen sentir grande, feliz, agradecido… Si no las
conoces, búscalas, invéntalas, pídelas a los que saben de
palabras, a los poetas, a los que saben amarlas y pronunciarlas…
Llévalas en la memoria, tararéalas y dilas en voz alta cuando te
sientas caer. Agárrate a ellas y siéntelas…
Y claro,
mientras las buscas, lee muchos libros, déjate habitar por sus
palabras y vive en ellos un rato cada día… Que salgas de ti, de
este espacio y este tiempo, de este universo, de esta rutina que te
atrapa la cola del vestido para que no te muevas y te quedes quieto a
esperar a ver qué pasa.
Rompe la
hucha destinada a los sueños que nunca vas a cumplir. Esa que tienes
ahí en un estante para sentirte tranquila pensado que haces algo
para conseguir lo que quieres pero que en realidad es una forma
cómoda y confortable de postergar tu vida… Invierte el dinero en
un mapa hacia tu nuevo destino, en un bloc de notas para definir
objetivos, en unos zapatos cómodos para emprender este viaje a tu
nueva vida.
Entra en
esa habitación cerrada con candado donde hace tiempo que te detienes
ante la puerta sin atreverte a dar el paso… Entra y abre las
ventanas para que pase en aire y se lleve angustia acumulada y las
lágrimas contenidas… Abre sabiendo que es para bien, aunque nada
más abrir algunos fantasmas te compriman la garganta y se rían en
tu cara.
Si la
pared no te deja ver, tira la pared. Derriba todos los muros, sobre
todo los que has construido a base de miedo y reticencias… Los que
no se ven y circundan tu alma y la dejan vivir sola
y triste. Una vez derribes la primera, le cogerás afición y tendrás
que frenarte un poco… Basta con que notes que puedes para
que te salgan alas… Esto de salir de la zona de confort al final es
adictivo.
Inventa
algo. Desafíate a ver si sabes, si aprendes cómo sí y cómo no. A
ver si funciona. Inténtalo mil veces. Fracasa con ganas… Descubre
que en realidad el reto era el desafío y no el resultado.
Escribe
un diario. Con dos versiones. Una en la que cuentas lo que te pasa y
otra en la que cuentas lo que quieres que te pase. Síguelas cada día
en paralelo hasta que las versiones converjan, hasta que se
encuentren en un punto y se conviertan en una… No sólo porque ya
te pase lo que sueñas que te pasa, sino porque hayas aprendido
a amar lo que te pasa y quieras darle una oportunidad al primer
diario…
Crea una
teoría mediante la cual cualquier ser humano que sea capaz de creer
que puede, pueda… Ya lo sé, está ya inventada, pero hazla tuya…
Y piensa cómo conseguir que se sostenga en el tiempo a base de
trabajar en ella.
No
cuestiones tu altura, recorta las patas de las sillas y las mesas,
súbete al escenario, no para que te vean sino para mostrar tu valor
y poder mirar al mundo de tú a tú.
Crece
por dentro hasta que tu tamaño exterior no importe. De hecho, ya no
importa ahora, sea cuál sea…
Levántate
cada día con la idea de que algo extraordinario va a pasar. Vive con
esa emoción sin esperarlo, confiando en que va a suceder. Y cuando
acabe el día, habrá pasado seguro… Porque vivir con esa emoción
maravillosa ya es algo fuera de lo común… Y porque cada día nos
pasan cosas extraordinarias que no vemos… Y porque si no pasa, lo
crearás tú con esa energía desbordante.
Si el
ánimo no te acompaña, sonríe. Date un rato para sentir ese dolor y
sigue adelante… Tienes derecho a estar triste, es más, necesitas
estarlo y explorarlo… La tristeza es tan necesaria como la alegría,
lo único que importa es que esa tristeza no te domine ni lleve las
riendas… Llévala tú a ella y aprende qué te quiere mostrar…
Busca
otra versión para todo. Cuestiónalo todo… Ponte del revés para
cambiar tu perspectiva. Pregunta por qué y para qué. Pregúntate
por qué haces lo que haces y busca en ti la primera vez que
decidiste hacerlo… Descubre tu mapa interior y redefínelo,
averigua por qué te está llevando a situaciones que no
quieres… Asegúrate de que tu brújula marca tu norte y no el norte
de otras personas… Tal vez descubras que en lugar de trabajar para
tu futuro y vivir tu presente, estabas invirtiendo en el futuro de
otros o en el futuro que se supone que deberías desear o tener…No
tienes que cumplir ninguna expectativa, sólo tienes que ser
consciente y feliz.
Sé
valiente y cambia de estrategia si el plan actual te hace divagar y
moverte sólo por cauces conocidos y asequibles…
Despierta.
No lo sabes, pero estás dormido. Deja de buscar excusas para seguir
así. Reconocerlo es doloroso, pero nada comparado con seguir
viviendo sin vivir y despertar un día cuando sea demasiado tarde…
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