CORAZÓN DE BARRO
Esta
es la historia que un joven soldado estadounidense allá por los
sesenta, cayó gravemente herido en la guerra de Vietnam…
Alcanzado en el pecho, una inmensa herida desparramó en el suelo de
la jungla parte de sus órganos. Su corazón salió literalmente de
su pecho cayendo sobre el barro… Tenía los minutos
contados…
Pero
un joven soldado del vietcong, un enemigo con conocimientos médicos
al comprobar que aún latía y que no se desprendía de su cuerpo,
depositó el órgano en el interior del cuerpo y cosió burdamente
la herida… Cuando los servicios sanitarios lo encontraron, lo
llevaron al hospital de emergencia y allí lo curaron y poco a poco
fue sanando.
Al
cabo de los años a este hombre tuvieron que intervenirle para
colocarle un marcapasos y al abrir su pecho encontraron cuerpos
extraños alrededor de la cavidad del corazón: Restos de tierra que
jamás habían sido eliminados ni absorbidos por el cuerpo… No
daban crédito ni entendían lo que había sucedido… Un compañero
que lo había visto todo, herido en el suelo y casi inconsciente,
les contó la historia, que él durante años había creído que
eran delirios producidos por sus heridas….
Esto
me hizo pensar y valorar que las cosas más increíbles suceden a
veces y que sin duda, de un modo u otro, todos somos Corazones de
Barro.
CORAZÓN
DE BARRO
No
pudo la húmeda jungla,
ni
las explosiones ni la rabia incontenida,
ni
las heridas abiertas, ni la duda,
ni
la apariencia de la muerte re-sentida.
El
corazón sobre el barro, vivo,
vivo
y esperando la conciencia salvadora
en
el nombre de un desconocido,
en
la voz de la vida re-generadora.
Y
se selló la brecha y volvió el latir.
Caminó
y retornó al ser humano
el
calor de la creación, el sentir
cuando
puede amar un corazón en el barro.
Y
quedaron muestras para recordar
que
una vez a la intemperie estuvo expuesto,
y
no fue la única aunque si la más vital
pues
exponemos el corazón cada momento.
No
pudo con él la guerra de la sinrazón
ni
podrán las huellas de ningún agravio
pues
incluso en el dolor fluye el amor.
Todos
somos, Madre Tierra, Corazones de Barro.
Y
se selló la brecha y volvió el latir.
Caminó
y retornó al ser humano
el
calor de la creación, el sentir
cuando
puede amar un corazón en el barro.
A.BARO
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