NADIE ENCUENTRA SU CAMINO SIN HABERSE PERDIDO ANTES
Hasta
que no nos sentimos perdidos, no empezamos a encontrarnos.
Esta reflexión de Henry
Thoreau pone
de manifiesto la confrontación personal necesaria para encontrarnos
a nosotros mismos. Admitir que nos hemos perdido no es fácil, llegar
a aceptarlo pone al límite a nuestras fuerzas.
Como
seres humanos, seguimos sufriendo ante cada fracaso, desilusión o
hecho que se contradice con nuestros esquemas. Lo que realmente
nos cuesta
aceptar no es que estemos perdidos, sino que hemos perdido
el control sobre
nosotros mismos.
El
control es uno de los aspectos más importantes en la conducta
humana. Juega un
papel muy importante en la generación y supervivencia de problemas
psicológicos como la ansiedad, la depresión, el dolor crónico, el
juego patológico, etc. Todos, alguna vez en la vida, nos hemos
perdido experimentando síntomas fuertes de ansiedad o depresión,
estados en los cuales no podemos o no queremos entender nada.
Tenemos
que reparar en las estrategias que hemos venido utilizando hasta
llegar a estas situaciones tan críticas. Analizando las conductas y
pensamientos que nos han llevado a tocar fondo, comprenderemos que a
veces los intentos de control no son la solución, sino el problema.