NO PUEDO CON TODO Y NO HACE FALTA
No
puedo con todo… No hace falta. Voy
a fallar y no llegaré.
No me disculpo, aviso.
Soy un ser humano…
Ya sé que nada es imposible, lo creo. Es que no todo tiene porque
pasar ahora, ni hoy mismo, y no tengo porque hacerlo yo. Mi confianza
en mí no puede verse amenazada por una cuota o una cifra de
aciertos, tengo derecho a fallar y caer, a tropezar y volver
atrás y estar un rato dando vueltas alrededor de la misma piedra…
Me siento todopoderosa porque sé que en mí hay mucho potencial, que
puedo crecer mucho y aprender… Que puedo con todo, pero no necesito
demostrarlo cada día, a cada instante, que no es una obligación
sino una elección, que no siempre va a ser como deseo sino como es y
eso hace que sea todavía mejor….
Prometo querer ser
maravillosa y dejar de intentar ser perfecta.
Prometo todo eso
mientras note que eso me pertenece, que me define, que me hace sentir
bien y crecer… Si noto que me coarta, me limita, me hace angustiar
y empezar a medirme con otros, lo dejo.
No puedo con todas
esas obligaciones cada día… Con llevar todo mi mundo contenido en
la cabeza y controlarlo todo para que nada falle…
No puedo arrastrar más
las necesidades de otros y sus prejuicios, no puedo llevar sobre mi
espalda sus «no puedo solo», «tú lo haces mejor» o «es que tú
siempre sabes cómo» No más, no es bueno para mí ni para ellos
porque necesitan aprender, asumir sus vidas y responsabilidades, sus
errores y su forma de afrontar la vida… Seguir así es negarles su
poder, es permitir que no vivan plenamente y recortarme mi vida
viviendo la suya… Llamadme egoísta por ello si no os parece bien,
no pienso vivir a vuestro modo y me resisto a ver la vida a través
de un embudo.
Y no puedo vencer a más dragones, paso.
La vida es corta y no
quiero perder tiempo librando batallas que no son mis batallas ni
ganando guerras que sólo existen en mi cabeza cansada de inventar
excusas para no vivir…
No es
tiempo de luchar, es tiempo de actuar desde la calma absoluta porque
confiamos en nosotros mismos y nos sentimos respaldados por nuestra
capacidad de evolucionar…
No puedo porque tengo
la sensación de que cuánto más me exijo poder, más lejos estoy de
ello… Por tanto suelto mi necesidad de poder…
Cedo… Cedo mis ganas
inmundas de ganar y competir conmigo para dejarme aire y respirar,
para notar que fallo y no pasa nada. Para sentir que pierdo y que
perder sin reprocharme es maravilloso… Perder sin sentir que
pierdes porque sabes que la pérdida es aprendizaje.
No llego… Lo digo en
serio… Y tal vez tú tampoco y no eres menos que nadie. Eres
genial, esférico, eterno, maravilloso… No llegas porque no te toca
llegar porque la vida te pide que no llegues y aprendas que no
necesitas un premio, una garantía, un recibo que lo demuestre, un
diploma que acredite nada… El galardón es tu tenacidad y la fuerza
que notas en ti mientras deseas e intentas… El poder que has
descubierto en tu interior y el rato que has pasado compartiendo con
otras personas esta experiencia…
No llegas y no te
importa… Porque has descubierto que no se trata de llegar sino de
caminar hacia donde quieres llegar y entretenerte a descubrir ese
camino…
No llego y ¿sabes
qué? El mero hecho de asumir que si lo intento con todo mi ser no
pasa nada si no llego, ya me hace sentir bien… Y además… Puesto
que no tengo que rendir cuentas, veo más fácil llegar… No, tal
vez no hoy, pero no pasa nada… Llegaré, lo sé.
Mientras, me
relajo y disfruto de la vida y atesoro pequeños logros y aciertos…
Miro mis desatinos como lecciones y me río, me río mucho de cuánto
tropiezo y lo divertida que soy cuando me pongo irónica y estoy
asustada…
No puedo con todo siempre y asumirlo me hace feliz porque me calma y apacigua el alma…. Porque sé que es el paso necesario para poder… Pero sin lastres, sin obsesiones, sin más obligación que vivir.
Mercè Roura
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