RESPÉTATE
En mi opinión, el respeto a uno mismo es algo que hay que aplicarse de un modo riguroso que no admite ningún tipo de excepción.
La dignidad personal es lo más respetable y noble que cada individuo posee, y hay que defenderla de modo que nadie la mancille, ni siquiera uno mismo. Tan ilustre es.
La falta de respeto por uno mismo, hacia uno mismo, se manifiesta de modos que a veces son tan sutiles, o los tenemos tan integrados que no les damos importancia, nos parecen “normales”, y los seguimos repitiendo de un modo agresivo e inútil.
No solamente necesitamos el respeto ajeno, sino –y sobre todo- el nuestro propio. De su falta se deriva, en gran medida, el hecho de tener una autoestima baja o, cuanto menos, débil.
Es necesario reconocer ante nosotros mismos cuánto valemos, nuestras necesidades reales, nuestros estados emocionales, nuestros gustos y principios, y todo eso ha de ser escrupulosamente respetado por nosotros y por los demás.