LA
   INCERTIDUMBRE EN NUESTRA VIDA
La
 vida es una permanente exposición a lo inesperado. Donde muchos ven
 un problema paralizante, otros encuentran una oportunidad para
 evolucionar.
Nuestra
 existencia está llena de giros que superan la imaginación del
 mejor guionista, aunque tratemos de analizarla como algo previsible.
Por mucho que
 se quiera mantener el control, hay acontecimientos que tienen lugar
 de forma no prevista y que obligan a cada ser humano cuando esto
 ocurre, a replantearse la vida.
Se tiende a
 pensar que las rarezas, las situaciones extrañas y accidentes son
 poco frecuentes, cuando de hecho son parte fundamental de la
 realidad. Muchas de las cosas importantes que nos suceden a lo largo
 de nuestras vidas, aparecen sin que se hayan buscado. Así es la
 vida, así que bienvenido al reino de lo inesperado.
Vivimos
 en un universo que está en constante movimiento, en constante
 cambio y eso nos genera incertidumbre, pero eso no tiene por qué
 ser malo. Y por eso surge la ilusión de predecir, nos gusta
 jugar a que podemos saber lo que va a ocurrir.
Pero
 evidentemente, no se puede saber el alcance de lo que sucede a
 nuestro alrededor en todo momento. Las cosas acostumbran a pasar por
 algo, según dicen algunos maestros, pero tal vez tardemos un tiempo
 en desvelar en qué consiste ese algo.
Era
 lo que Steve Jobs, definió en su teoría de “CONECTAR LOS
 PUNTOS” y que explicó en el célebre discurso que dio en
 2005 a los recién graduados de la Universidad de Stanford.
Muchos
 acontecimientos inesperados que suceden en la vida de cualquier ser
 humano adquieren todo su sentido cuando se contemplan en
 perspectiva.
Por ejemplo:
 una vocación que se descubre después de haber perdido un trabajo
 que solo producía insatisfacción, el padecimiento de una
 enfermedad que facilita la reflexión y que desembocará en
 importantes cambios, o una ruptura que va seguida de forma
 imprevista por el hallazgo del verdadero amor. 
Allison
 Carmen en su genial libro “La ley del quizás” (Urano) dice
 al respecto: “Los seres humanos tienen una asombrosa capacidad
 para olvidar que una de las pocas certezas con las que pueden contar
 a lo largo de la vida es que esta va cambiando. En cuanto las cosas
 dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la
 incertidumbre. Pero cuando empezamos a aplicar la idea del quizás
 vemos que el ciclo del cambio es incesante. Cada resultado ofrece
 más posibilidades futuras”.
El ser humano
 se aferra de forma natural al mundo conocido, a lo previsible. A
 medida que nos convertimos en adultos, solemos hacer las mismas
 cosas y esperamos resultados que nos sean familiares. Esto nos
 produce una sensación de control que aporta calma, aunque ya haga
 tiempo que estemos aburridos con nuestra vida. Desconocer lo que
 sucederá equivale a salir de nuestro hogar para adentrarnos en un
 mundo incierto sin saber qué nos deparará.
“La
 ley del quizás” es un manual sobre los aspectos positivos de la
 incertidumbre, si se aprovecha el abanico de posibilidades que
 ofrece dicha incertidumbre, en lugar de tratar de recuperar el
 control de nuestra vida inmediatamente por miedo.
Lo
 que en psicología se ha etiquetado como “ZONA DE CONFORT”
 fue definido por Brené Brown, de la Universidad de Houston, como
 aquel territorio donde la incertidumbre, la escasez y la
 vulnerabilidad son mínimos, es decir, donde creemos que hay espacio
 suficiente para el amor, la comida, el talento, el tiempo o la
 admiración. Resumiendo: “UN LUGAR DONDE CREEMOS TENER ALGÚN
 CONTROL”. 
 
Aunque la
 vida está llena de imprevistos y esa seguridad que anhelamos es una
 ilusión, al abandonar la zona de confort –por ejemplo, en un
 nuevo empleo o al inicio de una relación– nos sentimos ansiosos y
 tal vez incluso estresados.
Se ha
 demostrado, sin embargo, que es justamente en esa clase de
 situaciones cuando se potencia la creatividad. Enfrentarse a
 situaciones graves nos impulsa a sacar lo mejor de nosotros mismos,
 ya que nuestros cinco sentidos están puestos en aprender de ese
 mundo desconocido. En la primera cita con alguien que nos gusta, la
 conversación adquiere un nivel de frescura y creatividad que luego,
 en una relación estable, resulta difícil de alcanzar. Eso prueba
 que la incertidumbre nos hace crecer. A veces, como veremos a
 continuación, nos puede llevar incluso a lugares inesperados.
En
 su ensayo “El cisne negro”, el investigador y financiero
 estadounidense Nassim Nicholas Taleb exploraba aquellas cosas que
 suceden contra cualquier pronóstico o previsión, lo cual tiene
 lugar con mucha más frecuencia de lo que se pueda creer. Lo que
 este autor denomina “cisne negro” es un evento que presenta
 estos tres atributos:
1.- ES
 INESPERADO. Nada de lo sucedido en el pasado apuntaba a esa
 probabilidad.
2.- TIENE
 GRAN IMPACTO. Tal vez porque es ¬inesperado, nos toma con la
 guardia baja y captura toda nuestra atención.
3.- GENERA
 EXPLICACIONES ‘A POSTERIORI’. Por el temor que produce lo
 incierto, cuando aparece esta figura se buscan toda clase de
 argumentos que justifiquen por qué ha sucedido.
Resumiendo
 no podemos negar lo innegable y lo cierto es que las noticias
 demuestran diariamente que lo que se desconoce es más importante
 que lo que se conoce.
La
 enseñanza, que podemos extraer de todo lo expuesto hasta ahora, que
 podemos aplicar en nuestro día a día sería esta: hay cosas que no
 tienen una explicación racional, así que, en lugar de tratar de
 controlarlo todo, es mejor estar dispuestos a esperar lo inesperado.
En
 vez de sucumbir al miedo, si aceptamos que la vida es cambio y una
 sorpresa constante, sabremos navegar en ese mar de nuevas
 posibilidades que nos lleva al futuro.
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