No
es delito no amarse todavía. No es delito no conocerse suficiente ni
andar perdido sin saber cuál es tu lugar en el mundo… De hecho, no
hay una ley, ni natural ni inventada, que diga tengamos que tener uno
concreto…
No
es delito no saber cuál es tu misión en la vida, ni siquiera no
llegar a encontrarla ni descubrirla o decidir que no tienes ninguna
porque estás bien así…
No
es delito
estar un rato en la zona de confort mientras tomas impulso para
seguir adelante. Ni
siquiera lo es si decides no seguir. No pasa nada, no hay expedientes
que cumplir ni marcas que batir en esto del autoconocimiento…
No
es delito llorar y patalear un rato porque por más que haces no
llegas, no sale, no hay resultados… Ese dolor acumulado necesita
salir y contarte cosas de ti y necesitas bailar con él un rato para
aprender a llevar, a soltarlo, a vivirlo sin que te condicione.
No
importan tanto los resultados como el hecho de respetarte a ti mismo
aunque no los consigas. Eso sí que supone un antes y un después,
como te tratas a ti mismo cuando no llegas a dónde crees que
deberías llegar y no consigues lo que quieres conseguir.
No
importa tanto no amarse todavía, es peor culparse por no hacerlo y
machacarse todo el rato porque no sabes cómo… Nadie nos enseña a
hacerlo y hacemos lo que podemos y está en nuestra mano para
conseguirlo.
No
es delito no perseguir tus sueños ni cambiar de idea a media
carrera, ni perder foco… No pasa nada… Nuestra motivación no
tiene que venir de fuera sino de sentirnos en paz ahí dentro. Y esa
paz llega de verdad, la paz duradera y real, no viene de conquistar
una cumbre ni de colgarse una medalla ni de conseguir un ascenso o un
aplauso, llega de sentirse bien con uno mismo tanto si se alcanza
como si no…
Eso es amor de verdad, incondicional, es autoestima de la buena, de la que no se condiciona a unos objetivos, aunque puedas tenerlos, que no somete a una mejora en nada, aunque mejorar sea la consecuencia…
No necesitas mejorar para quererte más. No necesitas cambiar para quererte más. No necesitas aprender más para valorarte más…
Eso es no aceptarte y si no aceptamos lo que es y aprendemos a verlo con otros ojos, no hay mejora, no hay reconocimiento, no hay cambio.
Todo
está dentro. Lo de fuera es un espejo. Un marcador que no siempre
funciona porque a veces la lección es aprender a hacerlo sin que
funcione, sin que marque ventaja…
Amarse no es una carrera, es un camino…
No
ganas al llegar a la meta, ganas cuando das el primer paso.
Decidir
amarse es en sí mismo un acto de amor maravilloso. Una acción que
pone en marcha ese mecanismo que parecía averiado y que desencadena
la magia…
Amarse es no culparse, no obligarse ni someterse a normas rígidas ni exigencias bárbaras.
Es no fustigase por entrar en Facebook y leer que si no te amas no vas a conseguir nada cuando no sabes cómo… Es no ir por la vida sintiéndose ridículo porque no sabes qué deseas…
Primer
gran paso para amarte… Acepta esto. Este miedo, esta desgana, este
desasosiego, esta sensación de estar perdido y no saber… Acepta
este enorme vacío. Acepta que no te amas todavía y no pasa nada, no
tienes que llegar ahora.
Acepta
que no te aceptas y respira…
Con calma… Sin hostigarte ni pedirte soluciones ahora.
Amarte
a ti mismo como mereces no es una lucha, es un baile. Cada uno lo
baila como quiere, tal como oye la música. No hay cronómetro ni
jueces, hay compasión y cariño, respeto y ganas de cambiar y sentir
paz.
Ya
has hecho algo grande, te has dado cuenta que no te amas suficiente.
Has tomado consciencia de dónde estás y has decidido descubrir
quién eres y qué deseas…
Has
dado un paso gigante… Quédate con eso por el momento.
No te lo creas si te dicen que es delito quedarse ahí por el momento a ver qué pasa… No hay delitos cuando intentas conocerte… Que no te vendan prisas ni fórmulas mágicas.
Has empezado un camino largo y maravilloso que lleva de vuelta a ti. Un camino que no se gana ni se pierde, que consiste en sentir y respirar.
Nadie puede juzgarlo porque no hay dos caminos iguales y nadie sabe si vas bien o vas mal…
Sencillamente camina. Y si te paras, no pasa nada, forma parte de este trabajo parar…
Lo
que importa siempre es cómo te sientes por dentro cuando haces lo
que haces.
No
es delito tener miedo, es habitual, es necesario para evolucionar. Es
la forma en que lo vivimos lo que marca la diferencia y lo que
hacemos a pesar de él…
Mercè
Roura
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