Puedes
con todo… Lo que dependa de ti y sólo eso, nada más. Seamos
precisos.
Puedes
con todo… Si así lo deseas, sin que se te imponga o sea fruto de
chantaje.
Puedes
con todo… Mientras hacerlo no te rompa, no te corte, no te
desgaste, no te arañe, no te mate. Porque si no, o decides no poder
o cambias tu forma de hacerlo y vivirlo hasta que no duela, no
amargue, no rasgue, no te recorte.
Puedes
con todo… Si encaja en tu vida, si se alinea a tus valores y crees
que está en tu camino. Y si te desvía de él que sea por elección
propia, que sea porque te llena, porque te permite abrirte y
experimentar, que sea porque te apetece y decides romper tus reglas y
probar algo distinto.
Puedes
con todo, eso dicen una y otra vez en todas partes y sin parar, pero
nadie te lo ha preguntado ni se ha imaginado tu vida mientras lo
haces, lo vives, lo sientes, lo arrastras… ¿Lo has pensado tú?
Puedes
con todo porque tienes la fuerza, pero no significa que debas usarla
para demostrar nada a nadie, para aparentar ni llegar a un baremo o
marcador que otros decidan y tú les dejes imponerte… Que puedas no
significa que debas, que tengas que…
Puedes
con todo, dentro de un límite, con un margen, con un sentido, con un
cupo de ganas y un mínimo de risas, de alegrías, de satisfacciones.
No de golpe, no todo al mismo tiempo, no sin freno.
Puedes
con todo o no… No hace falta ahora, ni hoy, sin obligación ni
culpa. Porque puedes equivocarte y fallar y no dar abasto y delegar y
dejar para luego o para nunca o para que lo haga otro que mientras tú
haces mira la luna para que tú puedas mirar un rato la luna también…
Y la puesta de sol y los mensajes del móvil y pasear y bailar y
también no hacer nada que es hacer algo muy valioso porque te
permite estar contigo…
Puedes
con todo porque tienes la capacidad de salir de mil situaciones
complicadas, pero no hace falta que lo hagas sola, ni que te subas el
listón, ni que te exijas cada día más sin parar esta espiral que
no termina nunca y siempre pide más y más… Puedes con todo pero
no al mismo tiempo y sin tregua… El éxito no es llegar a toda
costa, es caminar en paz.
Puedes
con todo a veces, pero no hace falta. El mundo no va a dejar de girar
si lo sueltas y dejas de sujetarlo un rato sin estar pendiente de
todo, si descansas y desistes de la idea de ser siempre un 10 en todo
lo que haces, si quedan cosas por hacer que hoy no terminas, ni
mañana… Si bajas un poco listón hoy porque el cuerpo no da para
más. No temas perder ni quedarte a medias.
Puedes
abandonar digan lo que digan, no les hagas caso. Abandonar a tiempo
una meta que te está destruyendo es un acto de amor incondicional a
uno mismo, de sabiduría máxima, de gran estrategia. Ser amable con
uno mismo y dejar de presionarse es un acto de valentía en un mundo
que cada día te da razones para pensar que sólo vales lo que
produces, lo que tienes, lo que consigues.
Puedes
con todo pero lo que realmente importa es que puedas estar en ti,
vivir cada momento, notar que eres coherente contigo… Porque eres
un ser valioso que no se mide por lo que hace o abarca, que no tiene
que subir a una cima para demostrar que sube cimas ni perderse arriba
y abajo de una escalera interminable para satisfacer a nadie… Sé
flexible contigo, revisa tus creencias y tus dogmas, mima lo que
eres, cuídate para estar bien, no para rendir más. No eres una
máquina de producir, eres un ser humano. Abraza la incertidumbre y
suelta esa necesidad de controlarlo todo para mostrarte perfecto.
Puedes
con todo, pero haz realmente lo que te dé la gana, lo que puedas
asumir ahora sin romperte en mil pedazos ni tener que decirle al
mundo que puedes con todo…
Puedes
con todo o no… No pasa nada… Yo tampoco… Dejémonos de vivir a
través de frases ñoñas y absurdas y seamos nosotros mismos de una
vez y vivamos sin esperar que nos acepten, que nos aprueben, que nos
den el visto bueno o esperando encajar en un modelo que no se nos
ajusta.
¿Puedes
con todo? ¿De verdad? Piensa en ello, siente por un momento esa
pesada carga y decide soltarla porque no es real… Y si no puedes,
qué más da… ¿Es necesario? ¿Es lo que quieres? ¿Es eso
realmente lo que deseas en tu vida? ¿Esta es la vida que deseas? ¿Es
la vida que mereces?
Mercè
Roura
No hay comentarios:
Publicar un comentario