En
 los momentos actuales por los que la humanidad está atravesando,
 con la cantidad de dificultades a todos los niveles que existen,
 cuando las relaciones humanas cada vez se deterioran más, cuando se
 ha perdido el respeto a los demás y el sentido común es el menos
 común de los sentidos…
Entonces
 muchos seres humanos encuentran muchas dificultades para vivir y se
 dedican solamente a sobrevivir, llegados a este punto solo puedo
 darles un consejo ”no se olviden nunca de vivir”. 
 Cierto
 es que la frase en sí parece una tremenda obviedad, pero si se
 piensa bien, es algo que a todos se nos olvida hacer a lo largo de
 la mayor parte de nuestra existencia.
 Cuando
 somos jóvenes no nos planteamos, premeditadamente, vivir, porque
 creemos, no sin cierto sentido, que es lo que estamos haciendo todo
 el tiempo.
 Más
 adelante, cuando vamos cumpliendo años, comenzamos a vivir para
 hacer lo que hay que hacer, o lo que los demás quieren que hagamos,
 e, inconscientemente, nos dejamos engullir por el implacable
 engranaje de las obligaciones cotidianas, que, inevitablemente,
 llevan a la insensibilidad vital y nos hace perder el sentido de
 vivir.
 Y
 es ahí donde el ser humano necesita de mucha lucidez, de la
 reflexiva experiencia de la edad, o de una circunstancia vivida en
 el que uno se haya visto cerca del final, para darse cuenta de
 que no hay nada tan escaso y preciado como la vida y que no debemos
 desperdiciar ni un instante de ella .
 “La
 vida es un breve episodio temporal y la muerte es eterna”
 Cuando
 uno supera, milagrosamente, la inminencia de su fin, en ese instante
 toma conciencia y no volverá nunca más a aplazar nada. Comprende
 que en un segundo te cambia la vida y puede no haber un después.
 Lo
 malo de la muerte es que es para siempre. Por eso, si tienes un gran
 vino, no lo guardes para una gran ocasión, conviértete tú mismo
 en tu gran ocasión y disfrútalo. No postergues ese encuentro con
 amigos, la lectura de ese libro, esa exposición, cenar en ese
 pequeño restaurante, ese estupendo viaje...
 Sin
 fanatismos, ni angustias, pero no des nunca tregua al vivir con
 intensidad. No
 dejes pasar la ocasión de pasarlo bien, de sacar partido a la vida.
 Desarrolla
 y practica el instinto de vivir con plenitud.
 Sé
 consciente de que, a menudo, lo normal de la vida es lo
 verdaderamente excepcional. Hay gente que es feliz y no se da
 cuenta, y no hay nada más triste que eso.
 Mantente
 alerta. Vive a morir, con el único límite de no perder la vida en
 el intento. No se puede perder el tiempo pensando en qué haré… HAY
 QUE HACERLO.
 Recuerda
 que para disfrutar de la vida no hay segundas oportunidades. Por
 eso " NO TE OLVIDES NUNCA DE VIVIR."
 Yo,
 por mi parte, desde mi íntima convicción vitalista y desde este tu
 blog, trataré de recordártelo siempre y de darte pistas prácticas
 para que lo consigas.
 Y
 nunca olvides que: 
 
 Una
 sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz (proverbio
 escocés)

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