ACTITUDES SANAS:
Equilibrio psicológico y emocional
Hay
algo muy sencillo y es comportarse fiel a tus principios, a tu
filosofía profunda, a tus valores cuando nadie te ve, cuando estás
a solas contigo mismo.
En
ese momento no hay que adornar nada, ni utilizar trucos que no hacen
magia, ni que recordar lo que se dijo y no corresponde a lo que
pasó, ni ir y venir desde la comedia al drama.
No
hay que hacernos las víctimas, ni ser verdugos de otros. No hay que
echar balones fuera, ni poner la culpa en una tercera mano que no es
la nuestra.
Tener
una actitud sana te libera. Te hace mirar al frente sin miedo y al
pasado sin angustia. Te lleva hacia la amplitud de un espacio
abierto lleno de posibilidades.
Te
hace sentir sereno, tranquilo y a gusto contigo mismo. Te define en
la armonía de saber que lo que estás haciendo es lo correcto. Y
decir correcto es sinónimo de decir bueno para ti y malo para
nadie.
Tener
una actitud sana te acerca a los demás porque no hay motivos de
alejamiento por errores de cálculo, ni por mentiras piadosas que
nunca lo son.
LO
SENCILLO ES PASAR POR LA VIDA ROZANDO LO MEJOR DE TI,
EXPANSIONÁNDOLO Y MULTIPLICÁNDOLO.
Lo
más excelente, sentir que eres tu mejor versión cada día y que
sin agobios, sin prisa, pero sin dilación conectas más rápido y
de mejor forma con la esencia de bondad que a todos nos constituye y
que olvidamos a lo largo de nuestra existencia cuando creemos que es
más rentable presentarnos en el mundo con una careta.
Llena
tu vida de actitudes sanas. Ganarás tú. Mejorará tu entorno.
Crecerán las cosas buenas de tu mundo. Todo irá mejor.
Merece
la pena intentarlo, ¿no crees?
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