CUANDO DEJAMOS DE SENTIRNOS BIEN
Un poco de humor, para recuperar el buen humor
Reírnos y rodearnos de personas de risa contagiosa definitivamente nos hace bien…!!! Cortometraje «Laughs!» (¡Carcajadas!), de Everynone.
Es muy importante dedicar tiempo a hacer las cosas que nos apasionan. Este video (en realidad la publicidad de un portal de búsqueda laboral) es un buen recordatorio. Cortometraje «Abuela», publicidad de ZonaJobs.
Además…
Podemos vivir cualquier situación ordinaria como el momento único e irrepetible que en realidad es…
… o salir con amigos, o ir a una fiesta…
… o simplemente hacer una pausa para tomarnos un café…
… o vestirnos elegantes aunque no sea una ocasión
especial…
… o prestando atención a cada detalle, a cada uno de los
pequeños milagros que encierra el momento presente.
Cuando dejamos de
sentirnos bien
Leyendo algunos de los artículos de este blog podría
pensarse que cualquier persona que aplique unas «sencillas recetas» estaría a
las puertas de alcanzar la iluminación o algo parecido.
Sin embargo, aun cuando lleguemos a conocer ciertas técnicas
para avanzar en este camino de autoconocimiento, muchas veces no somos capaces
de aplicarlas el tiempo suficiente, las actividades de todos los días nos
distraen, nos olvidamos y pensamientos negativos comienzan a alimentar las
emociones negativas… y dejamos de sentirnos bien.
Esto me pasó en las últimas semanas…!!!
Preparé entonces una serie de estrategias para cuando nos
«salimos del camino». No son simples «recetas», sino ideas muy básicas y generales.
Son varias y seguramente habrá muchas más. Los recursos a nuestro alcance
suelen presentarse así: numerosos, diferentes y podemos elegir el que mejor se
ajusta a nuestras preferencias.
Hay diferentes maneras de resolver un mismo problema… (Ian’s Shoelace Site)
La oración
En cualquier momento en que nos demos cuenta que no nos
sentimos bien, que actuamos mecánicamente, en cuanto advertimos que no estamos
«en nuestro centro», podemos dedicar apenas un momento a pronunciar mentalmente
una breve oración pidiendo la claridad, el equilibrio y la alegría que
perdimos.
Es muy importante reconocer con humildad que no somos
nosotros los que llevamos a cabo nuestra propia evolución. Hay un Poder
Superior que literalmente nos transforma, pero sólo si nos
rendimos a Él.
Ho’oponopono
Siempre es bueno aplicar la técnica de Ho’oponopono,
diciendo mentalmente: «Lo siento, Te amo» (podemos agregar también «Por favor
perdóname y gracias»), dirigiéndonos a la Divinidad, reconociendo nuestra
responsabilidad por la realidad (incluida nuestra propia realidad emocional)
que creamos a cada instante.
Observarnos a
nosotros mismos
Podemos por unos momentos tomar distancia de lo que estamos
haciendo y pensando, y simplemente observarnos sin interferir con el discurso
de nuestros pensamientos. La simple observación de esos procesos negativos, que
habitualmente son «automáticos», los hace conscientes y los debilita.
Siempre es mejor reconocer y aceptar que estamos «fuera de
nuestro centro» que forzarnos y obligarnos a nosotros mismos a cambiar de
actitud. Lo que resistimos, persiste.
Meditar
A través de la meditación creamos las condiciones para que
puedan producirse cambios naturales y positivos en nuestra mente, al
interrumpir transitoriamente la identificación con nuestro ego.
Hay muchísima información disponible en Internet acerca de
diferentes técnicas de meditación. Basta con elegir alguna que nos resulte
agradable de practicar. Para quien no tenga ninguna experiencia tal vez sea una
buena idea simplemente recostarse durante 20 minutos y respirar lentamente,
concentrándose exclusivamente en las sensaciones producidas por el aire al
inspirar y espirar. La idea es interrumpir la interminable y desgastante
corriente de nuestros pensamientos y conectarnos de manera consciente con el
momento presente.
Leer, escuchar
música, salir a caminar
Cualquier actividad que serene nuestra mente y que nos
devuelva la paz, la serenidad y la alegría es un excelente camino para
recuperar el equilibrio perdido.
Cuando estés entusiasmado, «en lo alto», mantente allí. Y
cuando estés «en lo bajo»… toma una siesta. O haz algo para cambiar tu
estado. Lo que puedes lograr cuando estás «en lo alto» es mil veces más
efectivo y beneficioso que lo que puedas hacer con mucho esfuerzo estando fuera
de tu centro. Esther Hicks
Aceptar… pero
perseverar
Por último, aceptación y perseverancia son dos valiosas
virtudes que de ninguna manera se excluyen entre sí. Es necesario aceptar
incondicionalmente el momento presente, reconocer todo lo que nos ofrece y
agradecerlo plenamente, aún si estamos «fuera de nuestro centro». Pero también
en esos momentos de confusión podemos perseverar haciendo lo que esté a nuestro
alcance (aunque sólo sea esperar pacientemente!) para continuar con nuestro
aprendizaje.
Axel Piskulic
https://www.amarseaunomismo.com/cuando-dejamos-de-sentirnos-bien/
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