TU VIDA SIEMPRE
COMIENZA HOY
“Lo menos frecuente en este mundo es vivir.
La mayoría de la gente solo existe”
(Oscar Wilde)
Seguro que habrás
oído o leído la frase “Vive como si
fuera el último día”. Puede que para
algunos sea una reflexión optimista y que les ayude a disfrutar del presente, pero para otros, más
pesimistas, querrá decir que vamos a morir, tarde o temprano. ¿En qué grupo te
encuentras tú?
Vive tu
vida como si hoy fuera el último día… porque tal vez sí lo sea. Nadie tiene comprada ni asegurada la
existencia; pero no andamos por el mundo diciendo estas cosas, queda mal, nos
tomarán como fatalista, “aguafiestas” y todos los adjetivos que se nos ocurran.
¿Te has puesto
a pensar alguna vez qué harías si realmente fuera el último día de tu
vida? No pensemos
en catástrofes naturales o teorías donde la especie humana se extingue. ¿Con
quién querrías estar? ¿A dónde quisieras ir? ¿Qué te gustaría hacer, decir, comer?
¿Por
qué esperar hasta que la vida esté a punto de terminar para hacerlo? Si piensas que irías corriendo a decirle a
tu compañera que te gusta, si crees que por fin le dirías lo siento a
tu ex amigo, si te lo pasarías abrazado al amor de tu vida o si jugarías con
tus hijos en el parque… ¿A qué esperas? ¿A
qué caiga un meteorito en la tierra o que un tsunami destruya tu ciudad?
Mejor
sería disfrutar cada día de la vida como si realmente fuera el último. Vive con la idea de que tienes “cuerda
para rato” pero siempre haciendo lo que deseas hoy. Claro, porque esa sensación
de inmortalidad lo único que logra es postergar las cosas para más adelante.
“Ya le diré que
estoy enamorada de ella”, “ya tendré tiempo para pedirle perdón”, “ya pasaré un
día entero con mi pareja o jugando con mis hijos”… ¿Y si ese día nunca llega? No se trata de ser pesimista, pero sí de pensar en
perspectiva.
Si ahora mismo
estás haciendo algo que no te gusta, tienes varias opciones: dejar de hacerlo,
buscarle el lado positivo o seguir como si nada (pero quejándote cada vez que
tienes la oportunidad). ¿Por qué en lugar de simplemente “existir”, no nos
dedicamos a vivir?
No
dejes que la vida pase tan rápido como un tren que no se detiene en ninguna
estación o un coche que va a máxima velocidad en la carretera. Mejor anda sin prisa y con pausas,
admirando el paisaje, los regalos que te brinda la vida, las maravillas de este
planeta, el amor de tus seres queridos, la felicidad de
hacer lo que verdaderamente te gusta.
No
importa que tengas 20, 40 o 70 años… siempre puedes pensar que vas a vivir para
siempre.
¿Tienes ganas de estudiar una nueva
carrera después de retirarte? ¡Hazlo! ¿Crees que es demasiado tarde para hacer
ese viaje que imaginabas de adolescente? ¡Para nada!
Recuerda que no
eres inmortal y que vale la pena disfrutar de la vida hoy, no mirando el pasado ni tampoco
demasiado enfocado en tu futuro. Porque en definitiva, lo
único que tenemos por seguro es el presente.
Si crees que
eres inmortal, entonces podrás por ejemplo, viajar en avión si te da miedo,
tirarte de un paracaídas, escalar una montaña, navegar en velero, hacer buceo,
subirte a la montaña rusa más alta del mundo… Pero no esperes a tener 80 años para ello… ¡Tienes la
posibilidad de disfrutarlo hoy!
No quiere decir
tampoco que ahora renunciarás a tu empleo, dejarás tu familia y te irás por el mundo a cumplir tus
sueños, porque no se trata de eso; sino de empezar a vivir más o mejor tus días. Puedes ser el más feliz del mundo en
el sofá mirando una película con tus hijos y el más infeliz, navegando en un
yate con un millón de dólares en la cuenta bancaria.
No te descuides pensando que tienes mil
años por delante para cumplir con tu lista de pendientes, pero tampoco creas
que dejarás de existir hoy, como para querer hacer todo junto.
¿Cómo deseas vivir en tus próximos mil
años?, ¿y hoy?
Recuerda que tu vida siempre comienza
cuando te levantas cada mañana…
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