VOY
A ROMPER TUS SUEÑOS
Ayer
alguien me
llamó “rompesueños” en Twitter. Lo hizo porque para promocionar
mi último libro puse la frase “todo
es posible, pero no todo va a suceder y no pasa nada”.
Lo hice porque esa frase es para mí la esencia más pura de la
libertad y el desapego de todo lo que nos ata y no nos permite vivir
siendo nosotros mismos. Porque forma parte de la esencia también de
mi obra y de mi forma de sentir, de lo que he aprendido equivocándome
millones de veces y dándome de bruces con el muro de mi necesidad de
que todo sea como lo sueño.
Quiero
dejar claro, ante todo, que
no invito para nada a dejar nuestros sueños y metas. Es más, mi
frase es una invitación a desearlos con más ganas y ponerse a ello,
pero no desde la desesperación y la necesidad, sino desde el amor y
la convicción. Porque
esto no va de lo que se consigue, sino de cómo se vive ese proceso,
de la actitud con que lo vivimos. Con actitud no basta, es cierto,
pero marca una diferencia importante. No porque te haga conseguirlo
todo, sino porque hace que valga la pena o no ponerse a ello.
Persigue tus
sueños, por favor, pero no dejes que te amarguen la vida. Tú eres
más importante. Hay más sueños, pero no hay más recambios para
ti. Y lo digo yo que soy la mujer de las listas de objetivos, la
mujer que se hace listas de listas… Y son muy útiles, realmente.
Más que nada porque cuando haces una de esas listas negro sobre
blanco, te permites quitarte esa necesidad de recordarla de la cabeza
y liberas espacio y angustia. Y cuando la repasas, recuerdas tu
norte. Es maravilloso tener un norte, pero no perderse en él. Lo
digo porque yo me he perdido en él mil veces y he acabado culpándome
por no seguir a rajatabla una lista que tal vez podría cambiar en un
abrir y cerrar de ojos. Las listas están a nuestro servicio y no al
revés.