Clave de la evolución consciente
Los
sabios de todos los tiempos siempre nos han dicho, que no debemos
rechazar lo que no nos gusta de nosotros, porque eso que rechazamos
también somos nosotros.
Nos
guste o no, bajo la máscara de nuestro yo consciente descansa,
oculto y reprimido, un variado catálogo de emociones destructivas
como la ira, el rencor, los celos... y partes repudiadas o
reprimidas que conforman ese territorio arisco e inexplorado que la
Psicología denomina “LA SOMBRA”.
Desde
nuestra más tierna infancia, se nos fue indicando que eso que, a
veces, sentíamos era “MALO”, por lo que no tuvimos más remedio
que reprimirlo y ocultarlo en el fondo de nosotros mismos ya que, de
otra forma, corríamos el riesgo de ser amenazados por castigos y
devaluaciones dolorosas.