SI SUPIERAS
Eres muy hermosa y no lo
sabes. No puedes verlo porque te miras con los ojos de los
pensamientos tristes y con el traje de amargura puesto por no llegar
a ser algo que en realidad te queda corto, pequeño, que ya has
superado sin darte cuenta.
Si supieras lo mucho que
brillas…
Eres extraordinaria y no lo
ves. No puedes contemplarte porque te buscas con los ojos del pasado
y te juzgas con la ansiedad del futuro que esperas dibujar de un modo
concreto. Porque no te paras y respiras y miras este momento lleno de
magia, este ahora dulce en el que lees un libro y piensas qué
significa y vas a buscar al mar para que te calme y te duermes
acariciando sus olas. Y recuerdas tu dolor para tomar fuerzas, cuando
en realidad ya no lo necesitas para nada.
Si supieras lo lejos que
alcanzas… Que tocas con las manos tus sueños porque los llevas
bajo la piel esperando a que descubras tu alma.
Eres grande, pero sólo ves la
pequeñez de tus necesidades y tus miedos. Porque suplicas por lo que
en realidad ya está en ti y no lo encuentras porque la desesperación
te inunda la paciencia y te anega los sentidos. Porque suspiras por
algo que has superado con creces y sueñas un sueño que hace tiempo
que ya caminas.
Ya eres enormemente sabia,
pero no usas lo que sabes porque lo ignoras y lo ocultas tras esas
ideas que te golpean la mente y te piden que demuestres, que busques,
que te sacrifiques, que ganes y que luches por todo… No te has dado
cuenta que puedes empezar de nuevo ahora sin esperar a que el futuro
esté despejado. Porque lo que despeja el futuro es que ahora
empieces de nuevo…
Sueñas alcanzar tus metas
para estar paz cuando en realidad llega primero la paz y luego las
metas. Por altas que sean, por lejos que parezcan… Están a un paso
de consciencia.
Si supieras lo cerca que
estás… Pero vives anclada a tu preocupación por si lo consigues y
eso te aleja de amar lo que eres y ser lo que amas.
Lo que buscas ha salido a tu
encuentro, pero no lo recibes porque estás ocupada pensando que no
sabrás encontrarlo, que no sabrás usarlo, que no es para ti.
Porque crees que para merecer
lo mejor tienes que librar antes una dura batalla y coronar un
montaña inmensa, cuando en realidad ya eres digna de todo por estar,
por ser, por sentir que lo eres.
No necesitas nada para seguir
en el camino porque tú eres el camino, eres el viento que impulsa
tus pasos y la paz que te ayuda a caminar cuando hay tormenta.
No necesitas más claridad que
la de pensamiento.
No necesitas más fuerza que
tus ganas.
No necesitas más amor que tu
amor.
Si supieras que ya puedes
dejar de esconderte porque no mira nadie…
Eres tan capaz que si lo
notaras por un momento sabrías que en realidad todo ha estado en ti
siempre, bajo esas capas de miedo y vergüenza que llevas puestas por
si te miran, por si te juzgan, por si te invaden de nuevo… Esas
capas que pesan tanto que no te dejan avanzar.
Si supieras que ya no es de
noche, pero no te has dado cuenta porque te hace un siglo que no
abres tu ventana por si se te escapa la risa…
Si sólo por un momento,
supieras que en realidad ya has llegado a la cima pero no lo ves
porque en lugar de contemplar la vista, miras hacia atrás y te
empeñas en verte a ti subiendo la cuesta y en pensar que tal vez no
podrás porque es muy pronunciada…
Si supieras que ya lo eres
todo y sólo tienes que dejar de desearlo, que dejar de preocuparte
por si puedes, que soltar la necesidad de que todo sea perfecto…
Si supieras que lo que tienes
que hacer es desnudarte y no vestirte.
Si supieras que eres tu reina
y no tu esclava… Que en el armario donde guardas tus miedos está
colgado el traje de diosa… Que no hay más impedimento que tu forma
de contemplarte.
Si supieras que estás sentada
encima de lo que buscas…
Si supieras que todo es como
es porque tú lo has dibujado.
Para Ana… Para que lo sepas…
Mercè Roura
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