Westworld es
una serie que ha cosechado un inmenso éxito. Durante su primera
temporada, cada capítulo obtuvo alrededor de 12 millones de
espectadores solo en los Estado Unidos. Sin lugar a dudas esta ha
sido la serie más exitosa de HBO. El
éxito de Westworld se
debe, en parte, a su discurso ambivalente con respecto a la
tecnología y la humanidad.
Westworld hace
que nos preguntemos cuáles son las cualidades que diferencian a un
robot y a una persona. El
programa desafía nuestro entendimiento acerca de la humanidad.
Despierta en los espectadores esas preguntas que la filosofía y
la antropología se han estado haciendo durante décadas.
¿Dónde
se encuentra el límite entre una persona y un anfitrión que se ve y
se comporta como una persona? Muchos
autores de ciencia ficción han intentado elaborar esta pregunta.
Desde HG Wells hasta Ursula Le Guin, pasando por Tarkovsky y, por
supuesto, Star Trek. Los mundos de fantasía nos han preguntado desde
hace muchos años cuál es nuestra verdadera identidad
humana.
Westworld está
basada en una película del mismo nombre estrenada en 1973. Así como
la película, la serie Westworld nos
presenta un inmenso parque de inmersión. En
este parque habitan cientos de robots diseñados para complacer a los
clientes humanos en todo lo que deseen.
Ante
la libertad que proporciona esta experiencia, ¿cuáles son los
límites éticos de cada persona? La serie está marcada por la
ambigüedad moral de sus personajes. Dentro
del parque, no existen leyes que limiten el comportamiento contra los
robots.
Sin estar restringidos, ¿cómo se comportan los humanos?
Westworld, entre los
  anfitriones y los huéspedes
La
impresora 3D con la que se hacen los cuerpos de los robots en
Westworld recuerda mucho al Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci.
Y no es casualidad: Ford, el creador del parque también tiene
intenciones humanistas. Como Da Vinci, Ford cree que la ciencia puede
develar cuestiones del ser
y el espíritu.
Ubicado
temporalmente en el futuro, Westworld
permite a los humanos vivir sus fantasías más locas.
A su vez, estas vivencias permiten explorar la verdadera esencia de
cada persona.
Los
 anfitriones, enteramente robóticos, han sido diseñados con
 inteligencia artificial para simular personas reales. Así, los
 anfitriones son indistinguibles de los huéspedes. Aunque sus
 cuerpos son robóticos, los anfitriones viven e interactúan como
 cualquier persona de carne y hueso.
Como Juego
 de Tronos, Westworld es
 una que ha cosechado un inmenso éxito a nivel
 mundial. Westworld plantea
 debates filosóficos acerca de la naturaleza del ser humano y sus
 cualidades fundamentales.
Este
 diálogo entre un anfitrión y un huésped resume muy bien la
 ambigüedad de la serie. Constantemente,
 el límite entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, se
 desdibujan.
 Así como se difumina la distinción entre el humano y la máquina.
“-¿Eres real? -Si no puedes distinguir, ¿acaso importa?”.
Las diferencias entre una máquina y un humano
Algunas
 personas pueden argumentar que la principal diferencia entre humanos
 y robots es su composición interna. Desde
 el punto de vista del funcionamiento de los cuerpos, es evidente que
 los humanos y los robots son distintos. Los
 humanos tenemos huesos y músculos, órganos internos, sangre y
 piel. Los robots, por otra parte, están formados por un entramado
 mecánico de cables y circuitos.
Sin
 embargo, los
 avances en el área médica han probado que un cuerpo humano puede
 convertirse en un cuerpo robótico.
 Los implantes y las prótesis son elementos no-orgánicos que la
 medicina usa para salvar vidas. Una persona puede tener piernas o
 brazos robóticos que sustituyen sus anteriores miembros de carne y
 hueso. Entonces, ¿qué nos diferencia de los robots?
Podemos
 decir entonces que existe algo más en nosotros, algo que no podemos
 explicar simplemente como funciones biológicas.
 ¿De dónde surge nuestra  personalidad?
 ¿Cómo funcionan nuestros pensamientos, nuestra memoria?
Los
 avances en Inteligencia
 Artificial no
 han logrado aún presentar al mundo un ser verdaderamente autónomo,
 independiente e inteligente. Sin
 embargo, muchos científicos piensan que la ciencia pronto alcanzará
 esta meta.
En
 Westworld, los anfitriones están programados. Sin
 embargo, poco a poco se revela cómo los anfitriones han
 desarrollado verdadera Inteligencia Artificial.
 Cada uno guarda consigo memoria: recuerdos,
 gustos, preferencias. Cada uno tiene su propia personalidad.
¿Estamos pre-programados de
   ciertas maneras?
Muchos
 de los anfitriones en Westworld están pre-programados para actuar
 de cierta manera. Así,
 los anfitriones se mantienen dentro de sus propias narrativas. De
 esta manera, todo el parque funciona como una gran historia.
 Casi como una película. Los huéspedes piensan que son libres de
 hacer lo que quieran dentro de las narrativas de los anfitriones.
Sin
 embargo, el cerebro humano también esta pre-programado.
 Desde el punto de vista antropológico, dependemos de nuestro
 entorno para conformarnos como individuos y, aunque con los años
 adquirimos independencia, nunca dejamos de estar fuera del círculo
 de su influencia.
Nuestra
 cultura nos modifica y nos determina.
 Incluso en el área de la psicología cognitiva, los procesos
 humanos se han llegado a describir utilizando metáforas
 tecnológicas. El cerebro como procesador que almacena información,
 por ejemplo.
Desde
 esta perspectiva, ¿qué diferencia realmente a un humano de una
 máquina? ¿Cuándo una máquina se convierte en un ser
 humano? ¿Cuáles
 leyes rigen la existencia de los seres robóticos no-humanos?
 Finalmente, ¿cómo funcionará la coexistencia entre humanos y
 robots, cuando los humanos mueren pero los robots no?
Estas
 son sólo algunas preguntas que Westworld abre para los
 espectadores. Atrévete a explorar un futuro posible a través del
 universo que nos presenta.
Camila
Thomas

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