ENTRE DOS POLOS OPUESTOS
Entre dos polos opuestos
cree el hombre que vive.
La soledad de los muertos
y la muchedumbre triste.
Mira hacia el frente y ve otro,
otro bien distinto a uno.
No se siente en el “nosotros”
y se reencuentra en el “ninguno”.
Por un lado, no cree que crea lo que cree
y huye de responsabilidades.
Por otro, la culpa asume y lee
confuso sus posibilidades.
Y así pasa la vida
con la conciencia dormida
entre humo y falsedades.
Entre dos ideas dispares,
extremas y sin sentido,
haciendo malabares
cree el hombre que ha vivido.
Del miedo pasa al dolor,
de la alegría a la euforia,
sin ver que solo el amor
conduce a la memoria.
De recordar que crea lo que cree
y si lo que cree es amor
verá amor en todo lo que viere
más allá de la ilusión.
Así acepta la consciencia
que lo conduce a la esencia,
el hogar del corazón.
A.BARO
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