13.6.20

No erradican los males, ni es felicidad fingida, son los signos de la vida



      AHÍ ESTÁN LAS SEÑALES      

Ahí están las señales, a la vuelta de la esquina,
escritas en las cabinas, dibujadas en los portales.
En las barras de los bares, colgadas en marquesinas
y con claridad prístina, visibles y singulares.

Ahí están las señales, legibles para el profano,
al alcance de la mano, cercanas y naturales.
Abriendo así los canales que comunican sagrados
corazones que hermanados se reconocen iguales.


Ahí están, ahí están, ahí están, siempre estuvieron,
las señales que te indican el camino a seguir.
Ahí están, ahí están, ahí están, y si otros las vieron,
¿Por qué habría de ser distinto para ti?

Ahí están las señales, ni ocultas ni perseguidas.
No son flechas homicidas ni maldiciones mortales.
No erradican los males, ni es felicidad fingida,
son los signos de la vida que nos hacen inmortales.

Ahí están, ahí están, ahí están, siempre estuvieron,
las señales que te indican el camino a seguir.
Ahí están, ahí están, ahí están, y si otros las vieron,
¿Por qué habría de ser distinto para ti?
Ahí están, sí.

A.BARO


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