AHÍ
ESTÁN LAS SEÑALES
Ahí están las
señales, a la vuelta de la esquina,
escritas en las
cabinas, dibujadas en los portales.
En las barras de
los bares, colgadas en marquesinas
y con claridad
prístina, visibles y singulares.
Ahí están las
señales, legibles para el profano,
al alcance de la
mano, cercanas y naturales.
Abriendo así los
canales que comunican sagrados
corazones que
hermanados se reconocen iguales.
Ahí están, ahí
están, ahí están, siempre estuvieron,
las señales que
te indican el camino a seguir.
Ahí están, ahí
están, ahí están, y si otros las vieron,
¿Por qué habría
de ser distinto para ti?
Ahí están las
señales, ni ocultas ni perseguidas.
No son flechas
homicidas ni maldiciones mortales.
No erradican los
males, ni es felicidad fingida,
son los signos de
la vida que nos hacen inmortales.
Ahí están, ahí
están, ahí están, siempre estuvieron,
las señales que
te indican el camino a seguir.
Ahí están, ahí
están, ahí están, y si otros las vieron,
¿Por qué habría
de ser distinto para ti?
Ahí están, sí.
A.BARO
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