Una tarea que no puedes dejar pendiente
Cuando tienes paz en tu interior las tormentas externas
asustan menos. Porque has hecho frente a tus miedos, porque caminas libre de
culpas, de rencores e inseguridades. ¿A quién no le gustaría alcanzar ese
equilibrio psicológico?
Vivir en paz contigo mismo trae
grandes consecuencias: satisfacción, armonía interna, buen manejo del estrés y un bienestar que revierte en cuerpo y mente.
Cabe señalar que tal artesanía no resulta nada fácil y más en medio de nuestro
complejo mundo. Los días son cada vez más complicados, el ruido más alto y la
incertidumbre una eterna constante en la que nos diluimos en medio de la
ansiedad y las preocupaciones.
La verdad es que cuesta bastante atender y resolver
nuestro interior cuando lo que nos rodea parece envuelto en una eterna
vorágine. Sin embargo, hay que tener en cuenta un aspecto: es ahora cuando
debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Y algo así solo se logra cuando hay
calma dentro, cuando no pesan las culpas, coartan los miedos, los rencores o
la sombra de ese pasado que enturbia nuestro presente.
Si en nuestra mente y corazón hay paz, todo se ve con
mayor claridad y nos sentimos más seguros para
resolver desafíos y avanzar con mayor audacia, humanidad y seguridad. No es por
tanto una tarea que podamos dejar en la bandeja de pendientes. Veamos por tanto
cómo alcanzar ese estado psicológico tan gratificante y saludable.
Vivir en paz contigo mismo ¿cómo lograrlo?
Decía el emperador filósofo Marco Aurelio que
«quien vive en armonía consigo mismo, vive en armonía con el mundo». Es una
gran verdad, pero probablemente ni él mismo lo logró en vida a pesar de su
sabiduría y su estoicismo. Alcanzar ese sentido de equilibrio nos obliga a
menudo a dejar a un lado los cargos de conciencia, el arrepentimiento y la
sombra de todas esas cosas que no hicimos del todo bien en el pasado y que aún
nos duelen.
Esa higiene mental, esa capacidad para apagar los
agujeros negros psicológicos y emocionales que nos arrebatan la calma, requiere
enfrentarnos hacia eso que nos atormenta. Solo entonces nos damos
permiso para ser imperfectos, para perdonarnos por fin o bien, dejar de
castigarnos sobre cosas que no podemos controlar.
Vivir en paz contigo mismo te proporciona algo más que
confort espiritual. No es limpiar pecados del ayer o detener esas batallas
internas que a veces libramos sin descanso. Es más, dentro de la psicología positiva se usa con frecuencia el
término «paz» como ese mecanismo intrapersonal con el que poder
alcanzar el bienestar mental y la felicidad. Estamos ante un ejercicio
psicológico de gran utilidad.
Capaldi, CA, Dopko, RL y Zelenski, JM (2014) lo definen
en una investigación
como un estado de calma, serenidad y tranquilidad mental que surge ante la
ausencia de alteraciones como la preocupación, la ansiedad, el odio, el
arrepentimiento, el sentido de culpa… La paz interior se alcanza gracias
a la autorregulación emocional.
Veamos, no obstante, en qué consisten esos mecanismos con
los que poder vivir en paz contigo mismo.
Deja de ponerte requisitos
¿Qué tienen que ver los requisitos con nuestra calma
mental? En realidad, muchísimo. Pensemos en ello: muchos de nosotros aplicamos ese enfoque hiperexigente en el que
supeditamos nuestra felicidad a una serie de condiciones o
requisitos:
- «Estaré en paz cuando tenga un mejor trabajo».
- «Me sentiré en equilibrio cuando demuestre a mi familia lo que valgo».
- «Lograré tener calma cuando logre bajar de peso».
Este tipo de condicionantes no solo nos quitan la paz
interna, además, nos supeditan a un sufrimiento irremediable. Es necesario, por tanto, que dejemos
de colocarnos tantos obstáculos en el horizonte. La vida es
mucho más sencilla cuando dejamos de poner tantos condicionantes a nuestra
felicidad.
Valídate a ti mismo, considérate valioso
Cuando caminamos por el mundo
sin el sostén de la autoestima, nuestro mundo interior está lleno de vacíos y en guerra permanente. Esperamos que los demás nos reconozcan, que nos
dediquen atención y refuerzos positivos para poder así sentirnos validados.
Como podemos imaginar, nada resulta tan desgastante como mendigar atención
ajena.
Para vivir en paz contigo mismo debes ser capaz de
proveerte tú del afecto y el autorreconocimiento que esperas de otros. Si tu autoestima y amor propio son fuertes,
lograrás esa armonía interior en la que nada falta. Ese será el momento
en que, por fin, dejes de esperarlo todo de quienes te rodean para entender que
de quien debes aguardarlo es de ti mismo.
Para vivir en paz contigo mismo, perdónate
Perdonar para liberarte. Exigir tu propio perdón para entender que nadie camina por la vida
sin cometer errores y que cada equivocación es un aprendizaje y una oportunidad
para corregir, enmendar y empezar de nuevo.
Para vivir en paz contigo mismo estás obligado a entender
que no eres infalible, que si te empeñas en ser tu propio verdugo nadie gana.
El dolor, entonces, se retroalimenta y pierdes una oportunidad valiosa para
demostrar que puedes ser mejor, que eres capaz de mostrar una versión de ti más
luminosa, más humana. Eres mucho
más que tus errores del ayer, así que hazlo, perdónate.
Calmar el torbellino de los resentimientos y emociones
adversas
En el viaje de la vida no es bueno caminar con un torbellino en la mente y una guerra constante
en el corazón. Los resentimientos, la frustración, la rabia que
generan las decepciones o el odio hacia quien un día nos hizo daño son
nubarrones que opacan nuestra persona. Nadie puede hallar calma con ese oleaje
interno.
Así que no lo dudes, resuelve esas dinámicas internas. Apaga
el odio, la rabia, el dolor de la decepción… Sana esas emociones que
siguen haciéndote daño y deja paso a nuevas oportunidades y experiencias. Para
vivir en paz contigo mismo tienes que resolver esos nudos que no te dejan
respirar.
Céntrate hoy mismo en estas tareas tan decisivas. No dejes
para mañana la calma mental que puedes lograr hoy…
https://lamenteesmaravillosa.com/vivir-en-paz-contigo-mismo-una-tarea-que-no-puedes-dejar-pendiente/
No hay comentarios:
Publicar un comentario