CUANDO NADA ES SEGURO, CONFIA EN TI
Si el mundo está en caos y todo son incertezas, confía en ti. Ante la
inestabilidad externa, calma interna, confianza y actitud resiliente. Solo
cuando confiamos en los propios recursos internos el miedo se debilita y nos
abrimos paso con mayor seguridad.
Cuando no haya nada seguro a tu alrededor, cuando tengas la sensación que
el suelo se fragmenta bajo tus pies, recuerda: aprende a confiar en ti. Nada
nos amarra más a la vida que la confianza firme en que merecemos sentirnos
mejor, en que pase lo que pase podremos activar esfuerzos y estrategias
para hacer frente a lo que venga por delante. Ese es un recurso psicológico
altamente valioso.
Es más, podríamos decir que esta dimensión se vincula de manera casi directa a nuestra
capacidad para tener una vida más satisfecha, feliz. Al fin y al
cabo, el reverso de la autoconfianza es el miedo y como bien sabemos, nada es
tan devastador cómo hacer frente a un día a día en el que está presente la
angustia, la inseguridad, la sensación de que no tenemos control sobre nada.
Asimismo, hay algo innegable ahora mismo: estamos transitando por una crisis a todos los niveles. Vemos
el futuro con una mezcla incómoda de inquietud e incertidumbre, sentimos que gran parte de las cosas
que dábamos por sentadas pueden reformularse por completo. Ante este escenario
solo tenemos dos opciones: dejarnos caer al abismo de la indefensión o
responder partiendo de una energía revitalizadora; la confianza.
Nada nos garantiza que lo que pueda ocurrir mañana sea bueno o malo.
Pero si somos capaces de confiar
en nosotros mismos cualquier adversidad se hará más manejable.
Aprende a confiar en ti y (casi) todo será posible
Para Carl Rogers,
exponente destacado de la psicología humanista, la autoconfianza era un componente esencial de la autoestima.
Una dimensión prioritaria que atender con el fin de que toda persona alcanzara
el bienestar. También Abraham Maslow la incluyó cuando enunció su teoría sobre
la jerarquía de las necesidades humanas, representada en su ya clásica
pirámide.
La autoconfianza formaba parte del escalón de la estima o el
reconocimiento. Era esa área en la que se integraba también la independencia,
el aprecio a uno mismo, la dignidad, la sensación de sentirse competente para
lograr algo seguro para emprender metas, para conquistar espacios, para amar y
ser amado… Según Maslow, solo cuando dominamos estas dinámicas aspiraremos a
esa cumbre que es la autorrealización.
La autoconfianza es casi como esa llave que nos permite abrir muchas de
esas recompensas que nos da la vida y que, a veces, no
alcanzamos por indecisión, por miedo o peor aún, por creer que no la merecemos.
Por eso, es importante tener en cuenta todas esas puertas que podríamos cruzar
gracias a esta competencia psicológica.
En un mundo en caos, aprende a confiar en ti
En un mundo en constante cambio, la autoconfianza despertará en ti notables
beneficios:
- Menos miedo y un nivel menor de ansiedad.
- Reducirás la voz de ese
crítico interno, ese que tanto tiempo lleva convenciéndote de
que no puedes, no sabes o no mereces.
- Sentirás mayor
motivación para trabajar y luchar por lo que deseas.
- Desarrollarás mejores estrategias de afrontamiento para lidiar con
las dificultades.
- Tendrás una visión
de ti mismo más positiva.
- Mejorará la calidad de tus relaciones.
¿Cómo construir una mejor confianza en uno mismo?
Si quieres que tu vida cambie, si deseas mejorar tu realidad y encarar
mejor las dificultades: aprende a confiar en ti. No obstante, recuerda algo,
esa tarea requiere trabajo diario. La
confianza en uno mismo como la autoestima se desgastan con facilidad. No
son dimensiones estables en el tiempo, no es cómo esculpir una figura de un
trozo de madera y disfrutar de esa creación de por vida.
Generalmente, esas dimensiones son muy sensibles. A veces, una decepción,
un error cometido e incluso una relación afectiva dañina acaba boicoteando esas
fortalezas psicológicas en las que uno ha invertido tanto tiempo. Por
tanto, hay que estar prevenidos y favorecer ese autocuidado mental y
emocional. Veamos qué estrategias te pueden ayudar.
- Clarifica tus
valores, tus propósitos. Ten claro lo
que es importante para ti, lo que quieres de la vida y lo que esperas para
ti.
- Asume que no eres
perfecto. Tienes pleno derecho a equivocarte, a caer, a
fallar, a sufrir cuando el destino te golpea. Sin embargo, tu obligación
última es reponerte, levantarte y aprender.
- Sé compasivo
contigo, domina tu diálogo interno siendo amable con tu propio ser. No actúes como tu peor enemigo, respétate.
- Reinterpreta
tus miedos. Cada vez que ellos te convenzan de que no puedes con
algo, pregúntales por qué. Reformúlalos, elimínalos de tu mente si no
tienen sentido ni base.
- Ponte metas
sencillas que puedas lograr. De ese modo te
irás sintiendo más solvente, capaz, fuerte y motivado.
- No dejes que nadie
limite tu potencial o ponga en duda tus capacidades. Mereces aquello que
deseas.
En tiempos de crisis, confía en ti
Aprende a confiar en ti. Despierta
esa fortaleza para que actúe como paracaídas cuando todo se venga abajo.
Aprende a confiar en ti en esos días en que nada es seguro y el horizonte
amenace con tormenta. Di sí a poner en práctica el ingenio, la resiliencia, la
capacidad para actuar, la sabiduría para saber cómo manejar el miedo, cómo
reaccionar ante la dificultad…
Cuando el mundo esté en caos, confía desde ese refugio mental donde todo está
en calma y las confianzas se desarrollan. Porque cuando el destino es
incierto lo único seguro eres tú; tú y tu empeño por seguir adelante, por
ser de ayuda a los demás, por actuar como esa persona que siempre aspira a lo
mejor. A estar bien.
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