Cuando percibes que algo va mal pero no sabes
qué
Sientes que hay algo que no va bien en ti. No sabrías
explicar qué es pero hay cosas que no te encajan, sensaciones que te traen
malestar sin saber muy bien la razón. Si alguna vez te has sentido de este modo
hay un concepto que puede explicarlo.
Hay épocas en las que uno
percibe que hay algo que no va bien. Es una bruma que
se acomoda en la mente tiñendo la calma y, a su vez, una tensión que se
arremolina en el estómago como si quisiera alertarnos de un peligro. La subcepción es un mecanismo inconsciente
que nos pone en alerta y a la defensiva ante amenazas indefinibles que
pueden ser reales o imaginarias.
Mientras la percepción define ese proceso por el que el
cerebro interpreta cada sensación que le llega del exterior a través de los
sentidos, la subcepción es algo más indefinible. Más que una sensación
es un sentimiento, algo interno y perturbador a medio camino entre la
imaginación y la conciencia, entre el miedo y la ansiedad.
De algún modo, a pesar de lo difícil que pueda parecer
definirlo, es algo que todos hemos experimentado alguna vez en momentos de
mayor estrés e inquietud. La mayoría hemos dicho en voz alta aquello de «tengo
una sensación extraña, como si algo malo fuera a suceder». Gran parte de
las veces, no llega a suceder nada. Más bien se trata de un estado emocional
alimentado por la ansiedad.
Ahora bien, a pesar de lo anecdótico y curioso que pueda
parecer hay un hecho importante. Muchas
personas pasan gran parte de su vida con esa sensación amenazante: la de que
hay algo que no va bien en ellas. En estas situaciones, encontramos algo
más que un proceso de ansiedad, es el resultado de llevar una existencia poco
acorde a lo que uno desea. Hay infelicidad, dolor y un sufrimiento muy
silenciado y por ello el sentimiento constante de que hay algo que no va bien.
¿Qué es la subcepción?
La subcepción es un término que
introdujo el psicólogo Carl Rogers. Su objetivo era
definir esos mecanismos inconscientes que muchas veces activamos cuando hay
algo en nuestras vidas que no va bien. Son estados en los que el ser humano no
es capaz de discriminar con objetividad qué le ocurre, pero existe ese detector
interno que intuye, siente y percibe un sufrimiento patente.
Jordan Peterson, psicólogo y profesor de la Universidad de Toronto, es una de las figuras
que más se ha interesado por este concepto. Según él mismo explica, vale la
pena tener presente esta idea para entender esa incoherencia con la que, en
ocasiones, vivimos las personas. De hecho, la subcepción sería una de las causas más comunes de malestar humano.
La subcepción y una existencia sin sentido
Carl Rogers fue junto a Abraham Maslow uno de los exponentes más destacados de
la psicología humanista. Este enfoque terapéutico se orienta básicamente a
que la persona desarrolle un concepto de sí mismo más saludable, entendiendo a
su vez, la responsabilidad de sus propias elecciones.
La subcepción obliga a considerar varias cosas:
- Se ha asumido un enfoque vital equivocado. En ocasiones, no nos damos cuenta que somos algo que en realidad
dista mucho de nuestro ser auténtico. Puede que nos hayan educado para ser
obedientes, pasivos, metódicos y alineados a un tipo determinado de
valores. Sin embargo, la subcepción nos ofrece un mensaje de que hay algo
que no está bien —> ese tipo de existencia no es la que va con
nosotros.
- Se está viviendo en la incoherencia. Deseamos
determinadas cosas, pero hacemos otras. En el inconsciente nos
gustaría ser y actuar de otro modo, pero aun así seguimos aferrados a la
disonancia, a una existencia a la que no le encontramos sentido. A pesar
de todo ello, continuamos sin cambiar nada.
La subcepción, explica el doctor Jordan Peterson, es
como un sentido que reacciona ante ese malestar interno del que no siempre
somos conscientes. Sabemos que ocurre algo, que hay un aspecto que no va
bien en nosotros, pero no somos capaces de definirlo.
La ansiedad como síntoma del malestar y la contradicción
La subcepción se manifiesta a
menudo en forma de ansiedad. Todo ese conjunto de emociones
contrapuestas que solemos arrastrar cuando llevamos una existencia que no se
ajusta a nuestras esencias, se traduce en tensión, en pensamientos
negativos y rumiantes.
Es común a su vez que navegue en nuestro interior la
clásica sensación de vacío, de sinsentido, de avanzar por el día a día
sintiendo que nada nos motiva o ilusiona de manera auténtica. Hay épocas en las
que nos conformamos. Aunque al poco, emerge la ansiedad más intensa y
turbadora, esa que se manifiesta con problemas somáticos (cefaleas,
dolor muscular, alteraciones digestivas…).
Cómo afrontar el sentimiento de subcepción
Para resolver, afrontar y desactivar el malestar que
genera la subcepción solo cabe una estrategia: sacar al exterior esas
incoherencias vitales a las que nos aferramos. Algo así pasa por realizar
un profundo ejercicio de excavación psicológica desde el que sacar a la luz una
serie de aspectos:
- Es este el tipo de vida que deseo llevar?
- Es necesario que clarifique mis auténticas necesidades.
- Debo tomar conciencia de esas realidades que me causan malestar
e infelicidad.
- Me rodeo de las personas adecuadas?
- Es este el tipo de profesión a la que deseo dedicar mi vida?
- Soy en esencia, la persona que yo deseo
ser?
Estas son cuestiones delicadas, pero de gran relevancia
que deberíamos responder para detectar el origen de la subcepción. Asimismo y
para concluir, el doctor Jordan
Peterson nos propone realizar el siguiente ejercicio. Una propuesta
sencilla de reflexión que puede permitirnos descubrir más de una verdad interna
que vale la pena sacar a la luz.
- Comience
asumiendo que la mayoría de las cosas que dice y piensa no son suyas y que
no las cree; son solo cosas que recogió por una razón u otra.
- Preste
atención a si lo que dice le hace sentir más fuerte o más débil.
- Si es más
fuerte, siga diciéndolo.
- Si se siente
mal, deje de decirlo de inmediato.
- Ahora,
reformule sus pensamientos hasta que reaparezca su sentimiento de
integridad, fuerza y autenticidad.
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