1.7.20

Basta con oler una fragancia para rememorar pequeños fragmentos del ayer

SAVORING: EL ARTE DE SABOREAR LA VIDA

Saborear el momento, deleitarnos de las cosas sencillas que nos aporta el día a día... Estos son placeres que revierten en nuestro bienestar y que factores como el estrés nos impiden apreciar. ¿Es posible cambiar el enfoque y permitirnos disfrutar del aquí y ahora?

Solemos dejar pasar muchos momentos sin llegar a saborearlos, sin concedernos el placer de conectar con el presente y lo que este nos puede aportar. La técnica del savoring, introducida por los psicólogos Fred Bryant y Joseph Veroff nos propone ser conscientes de esto. Y también de entender algo esencial: si nos focalizamos en lo positivo del día a día, nuestro bienestar se intensificará.

Nos puede parecer una obviedad. Podemos interpretarlo incluso, como otra teoría más de la psicología positiva, al igual que el flow de Mihaly Csikszentmihalyi o el concepto  flourishing. Sin embargo, hay algo trascendente y decisivo en esta idea: factores como el estrés o la ansiedad nos incapacitan por completo para ver, disfrutar y sentir la belleza de la vida, así como la mágica sencillez de esas cosas que surgen a cada instante y ante las que nuestra mirada es cada vez más ciega.


Esa es la evidencia. Las personas avanzamos por nuestra cotidianidad con una venda en los ojos y un filtro en la mente. Hemos desarrollado una capacidad asombrosa para ver problemas donde no los hay, para anticipar preocupaciones para las cuales aún no hay motivo.

La mente acelerada no armoniza demasiado con el arte de saborear el momento presente.
Nos nutrimos de prisas y con ellas alimentamos la infelicidad. ¿Qué sentido tiene una existencia así? Evidentemente, ninguna. Hay que cambiar el enfoque y aprender a saborear, a filtrar el momento presente desde otra óptica más pausada y consciente.

Savoring (saborear) la vida ¿en qué consiste esta técnica?

En el campo de la psicología existe un concepto tan interesante como útil: nos referimos a la  reminiscencia. Este concepto fue acuñado por el doctor Robert Butler, quien demostró la idea de que cuando somos capaces de recordar momentos significativos, plácidos y felices del pasado mejoramos la calidad del presente. Esto se ve con frecuencia por ejemplo en personas mayores con deterioro cognitivo.

Conseguir que evoquen determinados instantes de su vida resulta terapéutico. Es más, en ocasiones, hasta nosotros mismos vemos ese efecto, basta con oler una fragancia para rememorar pequeños fragmentos del ayer, esos que aún nos siguen despertando sonrisas. Todo ello, todos estos procesos se relacionan directamente con el concepto de savoring. 

Saborear el momento para crear recuerdos trascendentes y sólidos
Fred Bryant, psicólogo social, introdujo hace años el término  savoring en el campo de la psicología positiva. Lo hizo a través de una investigación en la que pudo demostrar varias cosas.

  • Las personas podemos usar determinados momentos felices del ayer para aliviar nuestra tristeza o malestar del presente. Esas reminiscencias, que se acompañan de emociones positivas, mejoran el rendimiento y el estado de las personas con demencia.
  • Asimismo, si somos capaces de acumular instantes dotados de calma y bienestar, revertirán a su vez en nuestro estado anímico e incluso en nuestra resistencia frente al estrés. Es como ejercitar un músculo psicológico capaz de mejorar la atención, la actitud, la motivación y las emociones.
  • No obstante, algo así solo se logra si sabemos aplicar lo que el doctor Bryant define como  savoring. Es decir, hay que maximizar los momentos agradables para que estos tengan su impacto en nuestra memoria. Y esto es sin duda en lo que más solemos fallar.
Savoring, la capacidad de intensificar emocionalmente nuestras experiencias
Quoidbach, Berry, Hansenne y Mikolajczak (2010) también investigaron sobre el concepto de saber saborear el presente como herramienta terapéutica. Algo que señalan es que, en cierto modo, es una forma de capitalizar el presente.

Es ser capaces de apreciar en el día a día aquello que es positivo y gratificante por su sencillez o por su trascendencia y almacenarlo en la memoria para momentos futuros. De algún modo, es como ir ganando en reserva cognitiva y también en salud emocional.
No obstante, eso sí, debemos ser capaces de aplicar de manera correcta el arte del savoring. Consiste en lo siguiente:

  • Anticipación e identificación. Debemos ser conscientes de que estamos a punto de disfrutar de algo gratificante. Si vamos a abrazar a nuestra pareja, a nuestro hijo, si vamos a hacer un viaje, si estamos a punto de tomarnos un café con una buena amistad o vamos a pasear por la playa, debemos anticipar y pensar que todo eso son buenos momentos. Instantes que merecerán ser recordados.
  • Estar presentes. Cuando experimentemos esas situaciones hay que focalizarse en el aquí ahora. Debemos ser receptivos a cada sensación, a cada emoción sentida, poner atención a los pequeños detalles que rodean esa escena… Es como ir recogiendo fragmentos llenos de luz para introducirlos en un baúl, en nuestro cofre de memoria.
  • Saborea el momento pensando en el futuroSavoring es disfrutar del instante, siendo plenamente conscientes de todo lo que estamos viviendo, pero teniendo en cuenta que todo ello quedará grabado en nuestro cerebro para instantes futuros.
Una valiosa técnica para desactivar el sesgo de la negatividad
La mente tiene una singular tendencia: tiende a focalizarse más en lo negativo que en lo positivo. Esto se debe a una razón, estamos programados para anticipar riesgos, responder y mantenernos a salvo. En resumen, a nuestro cerebro no le importa que seamos felices o no, lo que desea básicamente es que sobrevivamos.

Ahora bien, que actúe así no significa que no podamos cambiar su enfoque, reprogramarlo. No se trata ni mucho menos de dejar de dar importancia a nuestras preocupaciones o a los peligros que nos rodeen. La idea es no obsesionarnos y ser capaces de entrenar a nuestra mente para que aprenda a ser feliz, a apreciar los momentos significativos y gratificantes.

De este modo, algo que nos está demostrando la psicología positiva y el concepto de savoring es que si somos capaces de saborear los instantes plácidos y positivos de nuestra cotidianidad, reduciremos la ansiedad y el estrés. Es como reeducar el enfoque mental para situarlo más hacia los estímulos positivos que hacia las preocupaciones.
Algo así lleva tiempo, es cierto, pero los efectos son catárticos. Vale la pena por tanto ponerlo en práctica.


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